Un análisis de los sucesivos tratados multilaterales de libre comercio -o reducción gradual de trabas al intercambio- que vaya del MERCOSUR a NAFTA, CAFTA y al tan debatido como ambicioso ALCA (o FTAA para los angloparlantes) revela que en todos los casos, los países firmantes han experimentado beneficios superiores a los costos.
Para ilustrar con ejemplos y datos concretos a nuestros lectores, agregamos enlaces a informes exhaustivos de resultados publicados en los últimos 10 años.
Debido a las tradicionales políticas proteccionistas de Brasil y Argentina y a la orientación del tratado a privilegiar el comercio intra MERCOSUR aún cuando precios alternativos extra MERCOSUR fueran más bajos, este tratado no tuvo el mismo nivel de impacto aún que NAFTA.
Los
estudios y proyecciones muestran que el CAFTA
agregó 2 puntos porcentuales al PBI de los países centroamericanos -como el caso Hondutras- desde su creación
Pese a que NAFTA fue objeto de furibundas campañas en contra tanto en Estados Unidos (donde el candidato Ross Perot argumentaba que iba a ´"succionar empleo") como en México y Canadá (donde sus opositores trataban de sostener lo mismo a pesar de la obvia violación de la lógica del argumento),
los resultados del NAFTA han sido tan espectaculares que en los tres países no se habla más de otra cosa que
ampliarlo:
- México aumentó sus exportaciones a Estados Unidos un 300 % entre 1993 y el 2000 a un ritmo del 16 % anual gracias a las exportaciones de bienes industriales generadas por la radicacion de maquiladoras.
- Las exportaciones agropecuarias de México a Estados Unidos aumentaron a un ritmo del 9,4 % anual entre 1994 y 2001, contra un crecimiento de 6,4 % de las importaciones
- Los empleos industriales en México aumentaron un 15, 6 % desde la implementación del NAFTA, radicando plantas industriales para la industria aeroespacial, electronica y textil que elevaron los salarios medios de los mexicanos reemplazando salarios rurales con industriales.
- Canadá lo hizo a un ritmo del 8 % anual.
- Agregó un promedio de 820 dólares de ingreso per cápita anual a los productores de Estados Unidos
Los datos existentes confirman lo que los economistas en su casi absoluta mayoría confirman: que reducir las trabas al comercio bilateral aumenta en lugar de disminuir el PBI y el bienestar de los paises que comercian.
Por el contrario, las restricciones que los tratados parciales mantienen sobre los "no miembros" generan efectos negativos -equivalente al "dumping"- sobre los no miembros y complican las relaciones diplomáticas.
La implementación -por supuesto- es compleja, llena de temas controversiales -como los subsidios y las asimetrías económicas de 34 naciones obviamente plantean- y llevará tiempo, pero sobre todo, no podrá realizarse mientras se utilice el comercio como arma en la guerra ideológica al estilo que Chávez y sus socios implementaron en la
fallida reunión de Mar del Plata -convertida en un festival de propaganda y división política como las reuniones de la OEA para confrontar con Colombia y España-
Si los 10 países europeos que iniciaron el Mercado Común en la posguerra hubiesen actuado como los gobiernos populistas del eje bolivariano lo hicieron en el aquellarre de Mar del Plata, hoy el Euro sería una quimera y los 25 nuevos miembros seguirían atrincherados con sus liras y pesetas en la miseria tras sus barreras arancelarias y expuestos a la crisis financiera mundial sin via alguna de rescate por un Banco Central Europeo o una moneda fuerte.
Por supuesto, no hubiese sido difícil para los gobiernos europeos de De Gaulle y Adenauer-que acababan de despedazarse mutuamente en dos guerras mundiales- sacar partido de los enconos históricos y la defensa de los privilegios económicos internos -con los que aún hoy pescan votos rurales la´extrema derecha de Le Pen y los austríacos- convirtiendo el proyecto de MCE en una piñata electoral.
La diferencia sustancial entre el genuino -y no contradictorio- patriotismo y europeísmo de De Gaulle y Adenauer está en su visión de una Europa unida que evitara nuevas guerras.
Los líderes bolivarianos medran exactamente con lo contrario para América: uniones de Sur contra Norte, de gobiernos populistas contra liberales, soporte a las guerrillas que tratan de seguir peleando guerras genocidas perdidas en el siglo pasado, militarización e intromisión en las elecciones y asuntos internos de los vecinos.
La América que conciben es una de Norte contra Sur, mestizos y negros contra blancos, descendientes de incas y quechuas contra descendientes de inmigrantes europeos, coyas contra cambás, y -sobre todo- resistencia a respetar los derechos de sus propios habitantes y a rendir cuentas por la violación de derechos de prensa, contratos, comercio y propiedad.
Imaginan a De Gaulle, Adenauer orquestando esta clase de payasadas ?:
El famoso ALBA -una suerte de
COMECON bolivariano- como el Banco del Sur, es otro ejemplo extremo de la distorsión perversa del concepto de Tratado de Libre Comercio:
en lugar de promover y hacer crecer el intercambio, lo obstaculiza aislando a las economías que lo integran con aranceles diferenciales que las dejan fuera de competencia para exportar y dependientes de subsidios internos -como la gasolina o el gas gratuitos o subsidiados a Cuba- para funcionar.
Los que se oponen a los tratados de libre comercio en forma sistemática pueden catalogarse en tres grandes grupos:
- Las dictaduras y regímenes clientelistas que se benefician de la manipulación-subvaluacion de la moneda y de la asignación a monopolios y "amigopolios" de sectores exclusivos del mercado interno. Venezuela, Argentina y los países agrupados en el "ALBA" optan por restringir sus exportaciones para mantener sus regímenes de subsidios clientelistas en un verdadero "círculo vicioso de la pobreza" en el que fatídicamente surgen el mercado negro, se desata la inflación -impuesto directo a los más pobres- y se paraliza y ahuyenta la producción -apagones por falta de energía en la petrolera Venezuela, escasez de leche y alimentos en el "granero del mundo" de Argentina.
- Las "internacionales" antiglobalizadoras (una de las muchas mutaciones del neomarxismo tras la caída del bloque soviético y de su COMECON) que operan por encima de los intereses de los gobiernos y países que necesitan exportar con el argumento de que todo incremento del comercio con Estados Unidos y la Unión Europea beneficia solamente a los países desarrollados y daña al medio ambiente en forma irreparable. Cuando los hechos los desmienten -hay una directa correlación entre la reducción de tarifas y el crecimiento económico (como los casos de las Zonas de Libre Comercio de China, India, Brasil y Argentina lo demuestran)- cambian a argumentos ambientalistas igualmente falaces -los mayores contaminadores son los países que no se desarrollan ni tienen que atenerse a las normas internacionales-
- Los productores subsidiados en los Estados Unidos y la Unión Europea y los grupos económicos que explotan estos subsidios -se calcula que una granja promedio en USA recibe unos 350,000 dólares anuales del gobierno por producir menos o producir etanol u otros productos subsidiados-. Estas son herencias de la Gran Depresión, cuando Roosevelt y los gobiernos europeos implementaron sistemas de subsidios que -a pesar de aumentar los precios y desalentar la producción- nunca se eliminaron por razones electorales.
Mientras la inmensa mayoría de los 34 países latinoamericanos (sólo Venezuela y algunos de sus aliados se negaron, mientras Chile, Brasil y Argentina proponían seguir adelante negociando diferencias) busca firmar tratados de libre comercio bilaterales o multilaterales precisamente por ver cómo han beneficiado a los que los tienen (Chile, Colombia, Brasil, América Central,Panama, MERCOSUR, por citar los ejemplos más espectaculares) y tratan inclusive de promover las Zonas de Libre Comercio -como Manaos en Brasil o Tierra del Fuego en Argentina- donde el ingreso per capita es el triple de la media nacional y a prueba de las caídas del mercado interno, los paladines del proteccionismo pujan por cerrar aún más sus asfixiadas economías.
La lucha con la realidad, sin embargo, tiene siempre un solo ganador y educa a los que han seguido a los perdedores.
"Se puede engañar a toda la gente por algún tiempo, se puede incluso engañar a alguna gente todo el tiempo. Pero lo que es absolutamente imposible es engañar a toda la gente todo el tiempo"
Abraham Lincoln, 1862
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Referencias
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2 comments:
Los crápulas que viven del resentimiento tienen una mina de oro en el nacionalismo vindicativo.
No hace falta ningún dato de la realidad: solamente apuntar con el dedo retórico hacia fuera.
Excelente artículo.
Excelente articulo, acabo de recomendarlo en el blog del diputado Iglesias, donde un par de los descerebrados de siempre repetía los argumentos disparatados del comandante Chávez y sus secuaces para oponerse al ALCA y -en un mismo movimiento de tortura lógica- pugnar por acuerdos bilaterales.
Buena obra educativa, hace falta.
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