- El consumo americano crea la violencia en México ?: la realidad indica que si esto fuese el único motivo, Canadá -con una frontera mucho más grande y menos controlada y un territorio deshabitado con fácil acceso y canales a Europa y Asia- debería tener un problema igual o mayor que México. La razón de que esto no ocurra es simple: la vigencia de la regla de ley y funcionamiento interno de la justicia y la policía combinados con una economía que genera empleos mucho más seguros y atractivos hacen mucho más costoso y difícil para los narcotraficantes operar en Canadá que en México. En tanto México sea un país "amistoso" para el tráfico de drogas por su carencia de orden jurídico, la masiva corrupción de las instituciones y particularmente la policía, seguirá siendo el Hong Kong de las drogas como sus similarmente anómicos socios Afghanistan, Nicaragua y Venezuela.
- Despenalizar el consumo en Estados Unidos pondría fin al narco tráfico beligerante en México ?: el consumo legal en los Estados Unidos simplemente pondría mejores condiciones para la operación de los carteles en México en tanto éste siga siendo hospitalario por las razones internas mencionadas. Más aún, la legalización del consumo invitaría al "maquilado" de la producción en aquellos narcoestados que ofrecen condiciones más "competitivas" -la falta de regulación legal-.
- De hecho, el argumento por la despenalización -apoyado ni más ni menos que por Milton Friedman- es un argumento "libremercadista", que supone que desrregular las fuerzas del mercado resolverá el problema. Y es correcto -si se desrregula también la producción y se garantiza el derecho legal a productores y proveedores legales de competir por proveer a los adictos de los medios para suicidarse-
- El desrregular el consumo sin hacerlo con la producción en México -que sólo se puede regular con leyes y controles inexistentes, socavados por la degradación del orden jurídico y el Estado- operará de hecho como un poderoso impulsor de desarrollo para el narcoestado , que ya genera importantes ingresos para sus campañas y empleo de los grupos que manejan la droga.
- México es un país pobre y no puede derrotar militarmente al narcotráfico ?: este es el mismo argumento que se empleó en la Colombia de Escobar. Colombia -con ayuda americana y europea- pudo revertir el narcoestado precisamente haciendo imponer la regla de ley con una prolonogada y exitosa combinación de acción policial y militar y una vuelta a las instituciones legales y -como consecuencia- un renacimiento de la actividad económica que genera alternativas al empleo narco. Reflejando el nivel de angustia que la corrupción e incapacidad del estado mexicano para garantizar vida y hacienda produce, En 2010, un 26 % de la notoriamente nacionalista población mexicana apoyaba una intervención directa del ejército americano y más del 50 % apoya acciones conjuntas de ambos ejércitos para controlar la violencia y erradicar los "refugios" de la droga. Pero más allá de esta primer condición, es necesario que México inicie un programa intensivo de desarrollo económico emprendedor que genere empleo legal y decente para los miles que hoy tienen sólo la opción de emplearse en los carteles -que ya ponen avisos clasificados en la vía pública para reclutar-
Fue el Chicago corrupto de los años 20 el que permitió a Al Capone desarrollar un imperio dentro de la ciudad e inclusive presentarse como un defensor de los pobres, estableciendo la primer olla popular en los barrios que deseaba controlar -una lección que Pablo Escobar aprovechó 60 años después en Bogotá-.
En el caso de México, la regla de ley es la clave para salir a la vez de la miseria clientelista y del infierno de la "ley de la selva" en la que medran los carteles.
2 comments:
Creo que un punto muy importante de este articulo de Paz es que parte de señalar una realidad que por lo general se oculta con retórica: México es un narcoestado desde hace bastante tiempo -esta década al menos-. Hay un estado dentro del estado -como en la Colombia de Escobar- y los carteles lo manejan reclutando pobres y policías para trabajar de sicarios y políticos para cubrirles las espalddas y organizar las zonas libres.
Como en los países del arco bolivariano, el discurso oficial y de oposición trata de vestir de "progresismo" la legitimación del narcoestado que financia a los tres principales partidos, pateando la culpa al otro lado del río Grande -así como la del default en el sur se le endosa al FMI-.
Ditto. Pregunta simple para desenmascarar el argumento hipócrita: quién está matando a los 12,000 muertos que aparecen titados y decapitados en la calle?
Y la que sigue, inevitable: porqué no los denuncian?
Es fácil acusar de homicidio a la casa de pompas fúnebres...
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