A ritmo creciente, los argentinos se preparan para reelegir al gobierno que les permite vivir "al día" de tarjetas y subsidios al consumo financiados con sus propias jubilaciones futuras mientras los "ganadores" -el 10 % que gana más de 5,000 pesos por mes-
compran dólares, oro y los sacan cuidadosamente de los bancos nacionales, siguiendo el ejemplo de la Presidente Kirchner y sus ministros, cuyas declaracones juradas reflejan la velocidad ultrasónica del enriquecimiento
y del veloz proceso de lavado y exportación de dinero fruto de ese enriquecimiento, para transformarlo en propiedades y cuentas como los que los gobiernos del "eje del mal" -la Cuba de Castro, la Libia de Gaddafi, la Venezuela de Chavez y la Argentina de Kirchner- colocaron en la Banca Morgan mientras la acusaban en sus discursos anticapitalistas.
Los dorados noventas de la primer fiesta del consumo menemista están de vuelta para los mismos que votaron por Menem y ahora lo harán -por las mismas razones especulativas- por la re-reelección de Cristina Kirchner. Hasta Menem posa para la foto con sus discípulos y socios -los mismos que rotan desde 1989 en el poder político y económico de la franquicia que saquea al país mediante privatizaciones y nacionalizaciones para los ,mismos amigos-
Mientras tanto, los "superavit gemelos" se han convertido en déficit
que debe ser pagado con bonos de deuda interna, fondos jubilatorios incautados y reservas del BCRA
Los perdedores -el 44 % que vive hace 12 años bajo la línea de pobreza y el restante 36 % que se hunde en ella mediante la inflación en dólares- se despertarán de la fiesta de consumo con el consabido impacto frontal
La historia que no se aprende, se repite y se vota. Los cambios en Argentina llegan por la vía del suicidio.
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