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Wednesday, October 19, 2011

La política detrás de los berrinches: Lecciones de Mayo de 1968

"No hay nada más terrorífico que la ignorancia en acción"
Wolfgang Goethe (1749-1832)

En medio de la crisis económica provocada por el desmadre de las políticas clientelistas de Estados Unidos iniciadas por el populismo demócrata de FDR a Johnson y continuadas con especial entusiasmo en su segundo término por el populismo republicano de Bush -que como su amigo Aznar en España invitó al endeudamiento del ladrillo mediante el crédito barato .usando las casas como garantía para tomar préstamos en la ilusión de que el aumento de precios de la propiedad cubriria la insolvencia- , legando a su sucesor un déficit de 4 trillones de dólares generado con la ayuda de demócratas y republicanos buscando votos y de las aseguradoras paraestatales Fannie Mae y Freddie Mac apoyando hipotecas NINJA (No Income, No Job, No Assets)-,

En Estados Unidos, el populismo de derecha usa los cortes de impuestos y el crédito barato para obtener apoyo entre los sectores medios y populares del interior del país, condimentado con una retórica religiosa que apela a los caballitos de batalla de oponerse al aborto, la inmigración ilegal y el gobierno federal (siempre que sea demócrata)

Por su parte, el populismo de izquierda -al que se ha entregado Obama- usa los subsidios sociales a la salud, el empleo público y el gasto clientelista en educación pública controlada por los poderosos sindicatos docentes -que se oponen a cualquier forma de meritocracia o recortes- y la promesa de amnistía y voto para los inmigrantes ilegales para captar al voto negro, latino-mexicano, sindical y de los universitarios progresistas, a los que también les dedica una retórica agnóstica y pacifista -que por supuesto tampoco se compadece con la realidad-

Los ex-beneficiarios de derecha -el Tea Party- y de izquierda -los estudiantes de Occupy Wall Street- han capturado la atención de los diarios y las plazas públicas, adjudicándose el rol de fiscales del pueblo en una suerte de "democracia directa" definida por el llenado de espacios públicos y la demonización de un enemigo común: Obama y Washington para los Tea Partistas, Wall Street y el capitalismo en general para los más acomodados protestantes de Occupy Wall Street.

Esta caricatura -que pretende burlarse de uno de los dos grupos- en realidad hace justicia a describir la excentricidad -en el sentido de "distancia al centro" -y al equilibrio- de ambos:



Un año atrás, los primeros en salir al ruedo fueron los seguidores del Tea Party, sin escatimar críticas al gobierno -al que consideran la fuente de todos los males desde que asumió Barak Obama- y los altos impuestos -que afectan a los americanos de clase media baja y a las pequeñas ciudades del interior del país donde este movimiento ha tomado fuerza- y algún que otro exabrupto racista




-el Tea Party es financiado por los billonarios hermanos Koch y organizado por el ex senador republicano Dick Armey con el grupo Freedom Work y la cadena Fox, con el locutor Glenn Beck como vocero y animador y tiene como blanco el "socialismo" de Obama y como bandera el credo libertario de reducir el gobierno y bajar los impuestos -pero manteniendo Medicare, Seguridad Social y Medicaid, así como el gasto militar- (un manifiesto imposible matemático)



Desde hace unos meses, pretendiendo aprovechar la publicidad de las protestas de la Europa quebrada por el clientelismo y la primavera árabe, se lanzaron -igualmente financiados por organizaciones profesionales y fondos privados las sentadas y acampes de Ocupar Wall Street -eligiendo como blanco el capitalismo y pidiendo que se eliminen los bancos privados y se les aumenten los subsidios del gobierno, pero sin quitarles el acceso al nivel de vida y empleos de publicistas, escritores o banqueros con los que muchos sueñan acceder (otro manifiesto imposible matemático)

Los acampes y avisos de los indignados de "Occupy Wall Street" están financiados por el billonario financista ... de Wall Street George Soros y organizados por el grupo canadiense anticapitalista AdBusters -un grupo de publicitarios... contra la publicidad y el "consumismo"- y moviliza a los grupos de estudiantes de clase media que se encuentran sin empleo y con deudas por sus estudios contra un blanco fácil -considerando que en las universidades americanas el 80 % de los profesores son de izquierda-. Aqui se puede ver una muestra de este tipo de indignados
mostrando también algun que otro vitriolo antisemita



Ninguno de estos grupos llevará más de un 5 o 10 % de votos -el caudal de la extrema derecha y de la extrema izquierda en Europa, Estados Unidos y América Latina no alcanza a más del 2 % por partido en elecciones abiertas- a alguna de las mismas fórmulas que han votado antes de la crisis.

El Tea Party tiene, sin embargo, una base más amplia en el electorado que votó por Ronald Reagan en los ochentas y por George W Bush en el 2000, y que representa el movimiento conservador religioso de las megaiglesias del interior del país. Pero esa base votará seguramente por el moderado Mitt Romney -que parece el más elegible-, cuyo plan de salud en Massachussetts fue la inspiración del odiado plan de salud lanzado por Obama.

Veamos un poco de historia para anticipar el futuro:

Vale la pena recordar cómo comenzó la protesta de los estudiantes burgueses parisinos -que disfrutaban hasta ese momento de una Sorbona tan multitudinaria como gratuita- por los aumentos en los costos, y cómo la política usualmente alucinada y adolescente de las facultades se volcó a las calles con varios meses de vacaciones-protesta, creando una suerte de Woodstock a la francesa -es decir, con vino, cigarrillos y cine en lugar de marihuana, rock and roll y campamentos al aire libre-



Los obreros nunca llegaron, y votaron masivamente por el gaullismo que condenaban los estudiantes. Los estudiantes enardecidos crecieron, se hicieron funcionarios como Daniel Cohn-Bendit -quien reemplazó las barricadas en la calle por confortables sillones de eurodiputado del Partido Verde ecologista -el nuevo sabor de la causa-


Y aunque nunca fue reivindicado por los revoltosos de Mayo del 68 que lo habían insultado y condenado al exilio académico por cuestionarlos, el recordado Raymond Arón fue de los pocos capaces de desafiar a Sartre -que cortejaba a cualquier fuente de halago izquierdista- y llamar al picnic revolucionario por su nombre.

Diez años después de mayo del 68, Arón había quedado reivindicado rotundamente por los hechos: el fracaso de la revuelta -que permitió una elección abrumadora al gaullismo y una brutal derrota a la izquierda, ni cambió una sola coma de la realidad social o cultural que denostaba- y la vergonzosa conversión de sus jóvenes dirigentes en diputados y funcionarios del establishment que decían detestar.

Aquí, con su habitual grandeza y mesura, recuerda y analiza los hechos llamándolos como corresponde "revoltosos" y no revolucionarios:




Los americanos votarán el año próximo probablemente por un Republicano, virando a la derecha que tanto desprecian los muchachos y chicas de Occupy Wall Street.

Los ingleses ya han elegido y apoyan masivamente al conservador David Cameron. Los escandinavos siguen también virando a la derecha, y los indignados españoles se preparan para ver la paliza electoral con la que los escaldados españoles votarán a la derecha del PP y Rajoy para sacarse de encima a Zapatero.

El resto, es historia y repetida.

Les aconsejamos guardar este post y leerlo en 2012.

5 comments:

J. Schmukler said...

Estimados,

los visito nuevamente a pocos días de las elecciones, para amargarme un poco menos y disfrutar de su erudición y nivel de análisis.

Quería comentar algo brevemente. En algunos aspectos, a veces los estadounidenses me hacen acordar a nosotros los argentinos. Por ejemplo, se creen que se las saben todas y les gusta inventar soluciones caseras a sus problemas.

El otro día en Fox News, estaban entrevistando a un encuestador que había analizado las posturas políticas de los indignados de Wall street. En un momento, el señor dice algo así como "la mayoría está a favor de que el gobierno garantice la salud y la seguridad social" con tono de alarma, continuando "lo cual es imposible en este clima económico".

Basta mirar a Alemania o Inglaterra, quienes ha logrado, con féerea disciplina fiscal y civil (a diferencia de sus vecinos en problemas, como España) un estado de bienestar bastante exitoso. No sé de economía, pero me consta que el sistema de salud de Inglaterra (100% gratuito y basado en evidencia) es de los más eficientes y justos del mundo. Además, es mucho más barato que el híbrido de EE.UU. (que es básicamente igual al argentino sólo que con muchísimo más dinero encima).

Saludos

Mark Twain said...

Churchill solía bromear con sus aliados americanos (era primo segundo de Roosevelt por el lado de su madre) diciendo que "los americanos siempre hacen lo correcto una vez que han agotado todas las otras opciones"
Sin duda, los Estados Unidos tienen fallas proporcionales a su tamaño, riqueza y talento (algo que sirve muchas veces para potenciar los errores -como prueba la crisis inmobiliaria que se contagió al mundo)
En materia de salud -sobre la que escribiremos algo en cuanto terminemos de estudiar el tema- hay parecidos (el gasto excesivo) y diferencias (la calidad de la atención, tecnologia, drogas, los derechos de litigo que tienen los pacientes)
Comparar a la Argentina con Estados Unidos o incluso España en materia de salud sirve simplemente para ver cómo se derrumbó el sistema de salud argentino en los últimos 70 años de "obras sociales sindicales" y "hospitales públicos" sin fondos.
En cuanto a los aportes, también son diferentes, aquí en el Norte todo el mundo está muy satisfecho con Medicare y Medicaid, cosa que con el pobre PAMI no pasa.
Ni es lo mismo una jubilación pública argentina (de unos 300 dólares promedio) a la mínima de Seguridad Social de 600 dólares -para todos- o a las que se tienen en forma privada con un 401 K...
Digamos que la salud en Argentina y Estados Unidos se parecen, como un petiso de calesita a uno de polo...

Xul Solar said...

Digamos que al Dr House en Argentina lo reflejamos como la dra de "Carancho" y con eso resumimos las diferencias.
Lo que dice Schmukler es interesante, los ingleses se quejan de su sistema (basta con ver las parodias de Benny Hill sobre los hospitales públicos y sus colas) y los americanos del suyo. Los canadienses viajan a USA por los hospitales públicos y los americanos a Canadá para conseguir drogas más baratas.
Los argentinos (que pueden) se defienden con prepagas encima de lo que les sacan las obras sociales de los "gordos", así que el resultado final es un poco complicado de comparar.
Además, en el caso salud, el consumidor no tiene posibilidad de postergar el consumo hasta que baje el precio...

J. Schmukler said...

Mark,

lo que quise decir sobre los parecidos entre los sistemas de EE.UU. y Argentina lo planteo sobre todo por la "estructura": los dos son sistemas specialist-driven (más proporción de especialistas que de médicos de atención primaria; un tipo con dolor de cabeza va al neurólogo y un tipo con colesterol alto va al cardiólogo; así, en una familia tipo, papá va al cardiólogo, mamá va al ginecólogo, y el pibe va al pediatra, tres especialistas por familia; sólo que por cada familia que tiene acceso a tres especialistas, hay varias familias que no tienen acceso a ninguno).

Por supuesto, las diferencias fundamentales que mencionás (perdón, te tuteo, no te conozco, no pretendo ser irrespetuoso) particularmente los derechos de litigio de los pacientes. Como ya es mas o menos obvio, yo soy médico y tuve la posibilidad de pasar un mes observando en un hospital en EE.UU. Y la verdad, si bien quizás la sociedad norteamericana sea demasiado litigiosa, en Argentina los médicos se mueven con mucha impubidad porque los pacientes, sobre todo en hospitales públicos, son muy sumisos, y hay poco control. No voy a decir ejemplos concretos, pero doy mi palabra que me tocó presenciar prácticas bastante poco éticas y peor...

Otra cosa interesante sobre Medicare y Medicaid: Care es para los ancianos, y Aid para los depsoseídos. Pero los dos sistemas tienen coberturas diferentes. Por ejemplo, una señora de 70 años se cae en la casa y se fractura la cadera. Medicare le cubre la hospitalización y la prótesis, y quizás una rehabilitación corta, pero no le cubre un hospicio de cuidados avanzados. Ahí la señora tiene que gastar sus ahorros hasta que se le acaben y ahí pedir Medicaid, que sí le cubre hospicio.

Por supuesto, sobre el deplorable estado de la salud en Arhentina, pública, privada y "semi-privada" (como se le dice en la facultad de medicina de la UBA al sistema de obras sociales, definiéndolo como "un sistema sin fines de lucro" sin que se les caiga la cara de vergüenza) estamos totalmente de acuerdo.

Un abrazo a todos. Disfruto mucho del blog.

Discepolin said...

Sin duda, el sistema de salud y seguridad social americano y el argentino se parecen en sus fallas. Es que -además de lo agudamente señalado por Schmuckler y Twain- ambos son frutos de los años 30 y del modelo de "seguridad social" inaugurado por Roosevelt y el New Deal y copiado por el fascismo italiano y alemán de donde los importó Perón 15 años más tarde-
El sistema de emergencia -como es habitual cuando hay políticos de por medio (que cuando ven la luz al final del tunel se lanzan a construir varios kilómetros más de tiunel)- se volvió permanente y la "seguridad social" se transformó en un costoso y arruinado Estado Benefactor que malpaga a los médicos y enfermeras, genera negocios con los medicamentos y reemplaza camas y médicos en hospitales con administradores y secretarias.
En Argentina agregamos la talentosísima solución de "entregar" las obras sociales a los sindicatos -lo que explica algunas de las notorias diferencias entre un sistema mal diseñado pero controlado como el americano y uno que ni tiene lo uno ni lo otro -como el criollo-