Mientras disfruta de un transitorio alivio por la postergacion del fallo a favor de sus acreedores, el gobierno de Cristina Kirchner y sus seguidores se embarcan en una nueva contorsión ideológica para evadir la realidad y su responsabilidad en el desastroso manejo de la deuda.
Esta nueva fantasia es la de la "deuda inmoral" por la que se pretende que hay "culpas iguales" entre quienes cobraron dolares y no los devuelven y los que los prestaron. La idea es que los compradores de bonos del gobierno argentino deberian saber que quienes los emiten no los pueden ni quieren pagar, y por lo tanto, si los compran son "culpables" de alentar al gobierno a estafar emitiéndolos.
Este argumento digno de Isidoro Cañones -ese clásico personaje de historieta argentino que vive huyendo de sus acreedores y sastres mientras sigue pidiendo prestado para jugar a la ruleta, tomar champan y hacerse trajes a medida- tiene gran atractivo para quienes apoyan los "pagadios" como actos de soberanía y se victimizan con la misma vehemencia con la que las mecheras sorprendidas robando acusan de robo a quienes las pescan con las manos en la masa.
La masa -los cientos de miles de millones de dolares que debe Argentina- es lo que hay que seguir con atencion para entender las razones de esta aparente huida de la realidad: son los gobiernos argentinos y sus socios comerciales locales los que cobran dolares a cambio de promesas de pago -bonos o pesos- y los gastan sin rendición de cuentas en torres de 7,000 dolares el metro cuadrado en Puerto Madero, yates, aviones, incrementos patrimoniales que desafían las explicaciones económicas cuentas en el exterior y una trama de testaferros que periódicamente es investigada por jueces corruptos.
Mientras las obras a las que se destinarian los prestamos nunca se completan y subejecutan con sobreprecios, los gobiernos defaulteadores seriales azuzan a los habitantes de las villas que rodean sus residencia y barrios privados contra los "buitres" que los persiguen.
Poco importa que a los holdouts -que cumplen la misma higienica funcion de todo cobrador- se les sumen 700,000 jubilados -incluida la madre de la presidente que los trata de "caranchos"- , miles de jubilados italianos y otra larga lista de timados con "pesificaciones" de ahorros y promesas de pago en dolares.
Sin embargo, como al arquetipico Isidoro, a los gobiernos estafadores se les forma una creciente ola de estafados que comienzan a organizarse: la American Task Force Argentina (ATFA), el Club de Paris, el FMI, el CIADI y tambien las iniciativas legales de prohibirles el acceso al sistema financiero americano y europeo como el JEFSA (Judgement Evading Foreign States Accountability Act o Ley de Responsabilidad para Gobiernos Extranjeros Evasores)
Argentina no solo acumula una colosal cadena de acreedores estafados que la condena a la asfixia económica sino que los provoca en forma suicida con insultos en foros internacionales y legales a tomar medidas cada vez mas drásticas.
Tras una década de "desendeudamiento", la deuda externa e interna retorna multiplicada convertida en causa celebre internacional.
El Congreso de Estados Unidos ya está considerando eliminar a Argentina y Venezuela de la lista de países que reciben ayuda financiera del gobierno por su conducta de defaulteadores seriales:
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Referencias
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