Venezuela: sigue el corso

La crisis venezolana ha entrado en su fase desopilante de la mano del delirante Nicolas Maduro.

El hombre que lleva un pajarito con nido y todo de sombrero como antena para captar los consejos de Hugo Chavez desde el mas alla, ahora ha decidido recurrir a disfraces y comparsas para diluir las protestas callejeras.


Tal vez con los pomos puedan apagar las llamas que devoran la economia bolivariana.

Otra buena idea seria invitar a Cristina Kirchner con sus candomberos argentinos para que dirija un concierto de cacerolas desde la tribuna como hizo al mejor estilo de Neron cuando los saqueos incendiaban las calles de Argentina.

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O como sugerimos al proponer los Juegos Olimpicos Bolivarianos, tal vez aprovechar el momento para cambiar el nombre de su discola capital a "Maracas".

A Maduro, por cierto, le vendria bien encontrar un disfraz de hombre invisible y aceitar el helicoptero...

Cuando Carlos Marx escribio que "la historia se repite como farsa" se quedo corto.