Con una inflación media del 15 % anual entre 2006 y 2009 y un aceleramiento violento al 35 % o más en 2009-2010, el "3 x 1" se ha convertido nuevamente en "1 x 1" y la ventaja cambiaria del "superdólar" se ha esfumado sin que la Argentina haya mejorado su posición competitiva -basada casi exclusivamente en el precio de la soja y granos y el saldo exportable de un consumo interno deprimido por los bajísimos salarios y un desempleo-subocupación del 26 %-.
Como en 2002, la "salida" será nuevamente una combinación de reendeudamiento (rebautizado con signo contrario "desendeudamiento" aunque la deuda real y sus intereses aumenten y se prolonguen hasta el 2035) y devaluación a través de la inflación.
Los ganadores serán quienes tienen ingresos variables y en dólares -bancos, proveedores del Estado, gobierno y exportadores- y los perdedores serán todos los demás, particularmente jubilados, pobres y "pensionados" en "planes sociales".
Para estos últimos, "perder" significará engrosar las filas reales de la pobreza sistémica que tiene desde hace 10 años a un 35 % de la población por debajo de la canasta familiar -en un país que históricamente tuvo un 15 % en ese nivel -con escasas variaciones que nunca duraron más de 2 años- y cuyos vecinos Chile, Brasil y Uruguay -que optaron por no ir al default en la década anterior, abrir sus economías y controlar su gasto- que históricamente doblaban su proporción de pobres, tienen ahora la mitad.
A un ritmo de 73,000 personas por punto adicional de inflación, la pobreza seguirá creciendo desde el piso de 2009 a una velocidad que dependerá de la aceleración de la suba de precios reales y caída de poder adquisitivo de los ingresos fijos.
El sector público seguirá financiando su expansión -94 % de aumento de sueldos a diputados y altos funcionarios, 25 % a 1,2 millones de empleados públicos, 31,000 millones en "subsidios" a empresas y 1,7 millones de "planes sociales", 300 millones de dólares para ver fútbol por TV, 900 millones por Aerolíneas (y 1 millón más por cada día)- mediante la devaluación inflacionaria de sus compromisos con el 64 % de los habitantes que viven de jubilaciones, pensiones, sueldos mínimos de maestros, médicos y policías y "planes sociales"-.
También estará gastando a cuenta de nueva deuda los "dólares frescos" -unos 6.400 millones- que reciba del "canje" en sostener la espiral descontrolada de subsidios a las empresas estatales, bancos para mantener precios inferiores a los costos reales para alimentos, energía y combustibles, estimulando de ese modo el consumo y la demanda en nuevos y más vertiginosos tirabuzones inflacionarios.
El cálculo tiene como horizonte las elecciones de 2011 y como "paracaídas" el endosar la implosión económica a potenciales sucesores -que ya están desertando en masa ante la evidencia de su impotencia no ya para gobernar sino para detener a la maquina de soborno y chantaje económico que controla quien controla la "caja" desde Puerto Madero, manejando por medio de "ministros-cadetes" la Presidencia como un call center.
Argentina alimenta un nuevo ciclo de "esquema Ponzi", gastando a cuenta lo que no produce y redistribuyendo regresivamente el ingreso hacia una concentración que se asemeja más al modelo social del Paraguay que al que supo tener.
La clase media que -enceguecida por la retórica infantil izquierdista que recitan oficialistas y opositores desde hace 10 años- los votó en 2006 por triunfalismo y tal vez los vote en 2011 (como a Menem en 1994) por desesperación, será la próxima víctima.
La fuga de dólares a colchones y bancos uruguayos -el equivalente a los fideos que en los sesentas y setentas se acopiaban ante amenazas de golpes militares- y también a la "quema de pesos" por cualquier bien medianamente transable a valores de mercados (de chorizos a autos nuevos o usados) así lo indica.
La aceleración del "consumo" en estas condiciones equivale al fuego en una hoguera de San Pedro y San Pablo.
Con un poco más de viento, las llamas comenzarán a alcanzar otros objetivos.
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Referencias
- Jueguen, F. (2010) Los Kirchner, dueños del ajuste. La Nación
- Perito Moreno (2010) Argentina 2002-2010: 8 años de ajuste
- Howard Roark (2010) La economia como "esquema Ponzi": los casos de Venezuela y la Argentina
- Critica Digital (2010) La carne baja, pero la inflación se acelera
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2 comments:
Gran punto: la pobreza no crece "pese a" los subsidios sino gracia a ellos.
Otro sofisma que pone la verdad de cabeza y que este brillante articulo desenmascara: el aumento de las ventas de autos usados (o nuevos) y bienes no demuestra el "crecimiento" de la economia real, sino la fuga de los pesos que devalua todos los dias el gobierno.
En efecto, se acabaron los días de los "precios chinos" basados en un peso megadevaluado.
Lo saben los turistas que encuentran a Buenos Aires tan cara como en los días del "super peso" de la Convertibilidad.
Y la razón es la misma: los argentinos viven y cobran muy por encima de su productividad, y usan la deuda externa e interna como si fuera una tarjeta de credito.
El gobierno ahora busca colocar más bonos -pagarés- a 5, 10 o 20 años para seguir gastando lo que no se produce y cobrándoles los impuestos más altos de América (Latina o del Norte) a los pocos que ingresan divisas.
Como bien dice el artículo, esta situación puede durar uno o dos años volviéndose luego ingobernable -que es exactamente lo que quieren los Kirchner- o estallar antes por crisis de financiamiento como las que estuvieron conmoviendo al país durante todo 2008 (la crisis del financiamiento por el campo y las jubilaciones privadas) y 2009 (la crisis de los superpoderes, el canje y las reservas)
No veo ninguna razón para pensar que en 2010 les va a salir mejor que en 2009, porque la inflación es un tren de carga que sólo se puede frenar con medidas drásticas que no quieren tomar.
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