En una reciente entrevista con Charlie Rose , el empresario petrolero brasileño Eike Batista subraya las claves del éxito del Brasil de Cardoso y Lula (al que apoya) que hemos comentado en este Blog: 16 años de estabilidad en políticas que atraen y protegen la inversión y la creación de riqueza y lo que llama "exorcizar a la izquierda" de sus lastres marxistas para impulsar políticas que efectivamente reduzcan la pobreza, el atraso y generen desarrollo social.Preguntado por Rose acerca de los tres mejores gobiernos de América Latina, Batista no vaciló en coincidir con este Blog: Chile, Brasil y Colombia (en ese orden)
Consultado acerca de Argentina, recordó un dicho actual sobre los últimos 20 años de este país: "Argentina es un Rolls Royce manejado por choferes egipcios" - resumiendo la perplejidad del mundo ante el enorme potencial y la capacidad del país y la incompetencia de sus gobiernos-.
Pero el éxito de Brasil -que se convertirá en el quinto productor mundial de petróleo con una inversión de 1 trillón de dólares en los próximos 10 años y que ostenta un riesgo país inferior al de Alemania (130 contra 180 puntos)- demuestra que se puede salir de la trampa populista en la que naufragan Argentina, Venezuela, y los demás gobiernos del "eje bolivariano".
Batista comenta que entre 1984 y 1990 Brasil -como Argentina- hizo "casi todas las cosas mal que podrían hacerse" y se sumergió en la hiperinflación y el caos social.
Fue con Cardoso y Lula -derecha e izquierda inteligentes y pragmáticas- que Brasil cambió el rumbo y se volvió capaz de realizar su enorme potencial.
La lección está a la vista, y recomendamos escuchar con atención la entrevista de Batista.
A diferencia de los fatalismos nihilistas del fascismo, el marxismo y el islamofascismo, la historia de Rusia, China, India, Brasil y Chile muestran que no sólo se puede cambiar la historia, sino que cuando se retorna a la senda de los sistemas que dan resultados: democracia republicana y liberal, economía social de mercado, estímulo a la inversión emprendedora, eliminación del clientelismo y concentración del estado en proteger la regla de ley para todos, los resultados no se hacen esperar mucho tiempo.
Tal vez sea hora de probar, tras otra década perdida.
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Referencias
- Eike Bastista - castellano
- Eike Batista - entrevista con Charlie Rose
- Wall Street Journal (2010) For Brazil, it´s finally tomorrow
- Lecciones de Brasil: orden y progreso en lugar de "progresismo"
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3 comments:
Excelente entrevista del siempre bien informado Charlie Rose. Batista da en el blanco con claridad y economia de palabras: no se trata ni mas ni menos que de ir hacia adelante en lugar de moverse en circulos en la calesita mental de los que solo saben girar a la derecha o la izquierda.
Lula lo tiene claro. Mujica tambien. Lo mismo los socialistas chilenos Lagos y Bacehelet. Igual el PSOE de Felipe Gonzalez y zapatero y los laboristas de Blair.
Todos paises que han progresado consistentemente en los ultimps 20 o 25 anios -los mismos en los que la Argentina, Venezuela y el "eje bolivariano" han convertido una oportunidad unica en un desbarajuste de gasto clientelista para comprar el voto manteniendo a los votantes en la miseria.
De acuerdo con Roark: siempre se puede corregir el rumbo.
Lamentablemente en los paises bolivarianos no solo hay malas ideas en el poder, sino falta de ideas en la oposicion.
Me permito inyectar una sana dosis de cautela con don Batista. Sus logros economicos son impresionantes, pero tambien el tufillo triunfalista que (tanto en Brasil como Argentina) suele preceder a la caida.
Coincido en los elogios a la inteligencia y pragmatismo de los politicos brasileros -especialmente si los comparamos con venezolanos o argentinos-, pero creo que el batacazo petrolero puede generar un carnaval carioca de gasto como el sojero desato en la Argentina.
Sigamos a Brasil a prudente distancia...
Coincido con Quiroga: Batista exhibe un triunfalismo peligroso, evocador del que carareaban aqui los proveedores del Estado con Menem y lo que -los mismos- siguen haciendo con Kirchner.
Creo la voz le sale demasiado de la billetera.
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