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Wednesday, November 17, 2010

Messi: por amor al futbol, sin politiqueria bolivariana



Bastó un minuto en el final del partido para que Messi desatara su talento joven y libre de todo lo que no sea amor por la pelota.

Tras el gol, se abrazó con su supuesto rival, el igualmente simple y futbolero Ronaldinho. Las cámaras , habituadas a los desplantes y declaraciones altisonantes del maradonismo bolivariano, se encontraron con dos jóvenes jugadores de fútbol hablando como amigos y preguntándose por sus vidas y carreras personales sin alzar la voz y con evidente afecto, tras intercambiar sus bien traspiradas camisetas.

Es que Messi, Ronaldinho y la inmensa mayoría de los grandes jugadores lo son porque disfrutan del fútbol como juego y lo entienden como deporte: competencia leal, donde se respeta el talento y se lo admira.

Las camisetas son -como los pasaportes- transitorias, el juego es eterno. Compañeros en el Barcelona, rivales en las selecciones, no precisan más que hacer lo que saben y -como los boxeadores que se abrazan al segundo de terminar de romperse la cara en el ring- demostrar una vez más que se puede -y se debe- separar al deporte de la vida personal y -muy especialmente- de la manipulación política-



El gol del 1-0 contra Brasil con el que iniciamos el articulo se recordará por quienes lo pudieron ver por su belleza y su extraordinaria demostración de velocidad y talento.

Los desplantes, intrigas palaciegas y los insultos de Maradona a sus críticos en la era anterior serán olvidados por quienes aman el fútbol y saben que sin ellos Argentina hubiese podido vencer a cualquiera de sus rivales.

Sin histeria, sin pretensiones, la Argentina futbolística de la inocencia deportiva muestra las posibilidades de transformar a la torturada Argentina dominada por el extremismo político.

Cerramos con el gol a España tras el frustrado mundial maradoniano.

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Referencias

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1 comment:

George Orwell said...

Ayer vi al Barcelona de Messi y Xavi triturar al propio Real Madrid con un nivel de fútbol que nunca antes había visto en mi ya larga vida de aficionado.
Recordé este gran artículo, que describe con precisión la diferencia abismal entre la pasión por el fútbol y las bajas pasiones.