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Sunday, September 18, 2011

Lecciones de Argentina: como se vive en (y del) default


Rebeca: Isaac, porqué no dormís?: son las cuatro de la madrugada
Isaac: es que no tengo con qué pagarle lo que le debo a Jacobo y no sé que decirle
 Rebeca: Llamalo y decile que no le podés pagar, así el que no duerme es él


En estos días en que Grecia coquetea con el default con argumentos similares a favor y en contra, es bueno revisar algunos de los mitos y mentiras con los que Argentina ha venido manejando los suyos.

El default de 2001 no fue el primero, sino el último de los defaults de Argentina, que se remontan a 1824 -apenas 8 años después de declarar la Independencia- y se repitieron en 1890 y 1931, con varias cesaciones de pagos en el medio -la más notoria en 1989-.

En cada caso, el default fue explicado por los gobiernos argentinos -y sus convenientes "revisionistas" reescribiendo la Historia para justificar el default siguiente- con argumentos falsos, que invariablemente depositaban toda la responsabilidad en pérfidos agentes y gobiernos extranjeros -los que habían prestado dinero- y negaban toda culpa a los locales -salvo los "agentes" de esos poderes extranjeros -disparando en este caso contra adversarios políticos locales-.

Un estudio sobre el último default y la "quita" del 70 % de la deuda a los que prestaron efectuada en 2005 por el gobierno de Néstor Kirchner y el libro del historiador económico Niall Ferguson "El Ascenso del dinero" (parte de cuyo documental sobre el caso de Argentina está en el video que abre este artículo) permite observar más en detalle el mecanismo de los defaults, sus causas comunes y los argumentos falaces con los que se los provoca y se niega culpa por los mismos.
  • Default de 1824: Baring Brothers concede el primer préstamo al gobierno de Argentina que cesa de pagar en 1826. Los acreedores no reciben ningun pago hasta 29 años después -cuando Argentina vuelve a necesitar préstamos "frescos"-. El préstamo de 1 millón de libras fue al 6 % anual (la mitad de lo que hoy paga Argentina a Venezuela) . La deuda no fue pagada hasta 1904. El empréstito -presentado por nacionalistas y revisionistas argentinos como caso de usura, fue ciertamente tentador para Baring -que recibió 30,000 libras de comisión y entregó solamente 520,000 en forma de letras- y mucho más para los intermediarios argentinos -que cobraron 120,000 libras de inicio, pero llevó a la Baring a la quiebra ante un default absoluto por 29 años (los que compraron las letras se quedaron por ese lapso -superior a la expectativa de vida de 1830- con "papel mojado")-el gobierno de Rivadavia sólo pagó por dos años antes de suspender el pago. El medio millón de libras fue usado para entregar créditos a clientes del Banco de Descuento de Argentina -integrado por comerciantes locales y extranjeros amigos del gobierno central- a tasas negativas. Rivadavia -un precursor del "modelo" argentino actual- "nacionalizó" los ingresos aduaneros de Buenos Aires y estatizó las tierras públicas, que pasaron así al control directo de la "caja" del Ejecutivo nacional. Los negocios con Baring y otros bancos pasaron también -en otro claro antecedente- por las manos y cuentas de selectos integrantes del ejecutivo central.
  • Default de 1890: nuevamente atraídos por las tasas altísimas que se ofrecía por el riesgo de prestar a Argentina cuando las tasas en Gran Bretaña, Canadá y Estados Unidos eran históricamente bajas, nuevos préstamos fluyeron para la construcción de 32,000 kilómetros de ferrocarriles entre 1862 y 1875. A pesar de exportaciones récord, el gasto público y la corrupción llevaron a un nuevo default en 1890 -esta vez por 43 millones de libras, que representaban el 64 % de la deuda global- , cuando el alza de tasas en Inglaterra llevó al retiro de inversiones extranjeras. Había en ese entonces 680 puntos extra de riesgo por invertir en Argentina -que en 1891 llegaron a 800-. El banco Baring tuvo que ser rescatado de la quiebra por un consorcio presidido por el Banco de Inglaterra desatando el Pánico financiero de 1890 en Europa, que afectó también a Brasil y otros países de América Latina.
  • Default de 1931 Argentina hizo un default parcial de la deuda que ahora tenía con bancos de Estados Unidos, tras endeudarse durante las dos décadas anteriores a ritmo sostenido mientras crecía la economía. Cuando la Gran Depresión derribó las exportaciones, sobrevino el default y el golpe de estado de 1930.
  • Cesación de pagos de 1982 Tras pedir préstamos que llevaron la deuda externa de 8 a 43.000 millones de dólares bajo el gobierno militar -alentados por la abundancia de capitales petroleros tras el alza de precios de 1973-74, la Argentina volvió a cesar sus pagos sólo para reanudarlos tras la guerra de Malvinas.
  • Cesación de pagos de 1989 La hiperinflación del 5.000 % de ese año llevó al gobierno argentino a suspender pagos nuevamente-
  • Default de 2001 La deuda disparada por el mantenimiento de la Convertibilidad durante los tres años que sucedieron al gobierno que la había establecido, combinados con los default de Mexico y Rusia y la devaluación de Brasil llevaron a Argentina a nuevamente dejar impaga una deuda de 163 mil millones de dólares, de la que solamente devolvió cinco años más tarde un 32 %.
La táctica de acusar a los prestamistas tras recibir y hacer desaparecer los fondos en el país ha sido copiada por Grecia y es propuesta en Estados Unidos por el economista Paul Krugman, quien propone imitar a la Argentina haciendo un "pagadiós" al resto del mundo en lugar de controlar el desaforado nivel de endeudamiento generado por las aventuras militares de Iraq y Afghanistan (4 billones de dólares) y las rebajas de impuestos de la administración Bush (4 billones más de los 14 billones de déficit actual)

Es interesante observar -ahora desde la "vereda de enfrente" como acreedores emergentes que pueden encontrase con un pagadiós y caída de importaciones del mundo desarrollado- la naturaleza verdadera del uso de los defaults por gobiernos como los de Grecia y Argentina.

Al hacerlo, se puede advertir que las víctimas del endeudamiento no son solamente los habitantes más pobres del país que se empobrece y debe apretarse el cinturón, sino aquellos de otros que también deben hacerlo al quedarse sin lo prestado e invertido -como los alemanes que se jubilan a los 67 años para pagar las jubilaciones griegas a los 55-



o los cientos de miles de jubilados italianos y españoles que tuvieron una quita del 70 % de los bonos argentinos que habían comprado como parte de sus ahorros-.

Como Emmanuel Kant explicaba, la naturaleza moral de un acto está en las consecuencias de aplicarlo universalmente. Si éstas son negativas, estamos ante un acto inmoral.

Que es exactamente lo que es el uso del endeudamiento para financiar gasto clientelista o "capitalismo de cuates"-como la Europa mediterránea y la Argentina de Menem a Kirchner-.

Privada temporalmente del acceso crédito normal, Argentina ha recurrido al endeudamiento a tasas usurarias con Venezuela y a usar de prestamistas a sus propios jubilados, exportadores de granos y ahorristas -vía un 25 % de inflación en dólares y entrega de bonos de deuda a cambio de dólares-.La banca Barings podría considerarse orgullosa del negocio.

Como en todo esquema Ponzi, las futuras víctimas no se quejan mientras reciben desproporcionados beneficios -como energía y combustibles a precios de 2001 y subsidios por actividades como tener hijos o no trabajar- y una moneda sobrevaluada que les permite comprar bienes y servicios importados -de autos a viajes a Miami-

Pero como saben los que han vivido la experiencia, el esquema Ponzi -como el juego de las sillas- se acaba cuando se detiene "la música" del financiamiento encubierto y la fiesta se vuelve hambruna.

Como explicaba Warren Buffett: "sólo cuando baja la marea se descubre quién nadaba desnudo"

Y la marea está bajando rápidamente en todo el mundo




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Referencias

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