Tras los estentoreos cacareos nacionalistas con los que el hoy ministro Kiciloff anunció la expropiación sin indemnización de YPF apelando al nacionalismo psicótico que suele generar popularidad en países fracasados llegó la hora de la realidad.
Enfrentado con las consecuencias del arrebato -la imposibilidad de conseguir inversiones petroleras- el mismo Kiciloff anunció el acuerdo para indemnizar a Repsol
En un desesperado esfuerzo para destrabar las negociaciones con la estadounidense Chevron (sucesora de la famosa California con la que terminó pactando Perón) para explorar y desarrollar los yacimientos de Vaca Muerta descubiertos por Repsol
Y festejados por la mismisima Cristina Kirchner con el ahora denostado CEO de Repsol
El uso del nacionalismo psicótico y patriotero recuerda poderosamente la "gesta" de Malvinas que comenzó con el dictador Galtieri aplaudido en la Plaza de Mayo
Y su rendición 60 días después
Les Luthiers creo una canción patriótica en aquellas épocas que puede servir como antídoto preventivo para quienes tienden a apoyar esta clase de payasadas
Su titulo sumariza nuestro comentario: "Perdimos otra vez"
Postdata: Llegó la factura: 8.000 millones de dólares
El despertar de la psicosis nacionalista será -como es habitual- sin anestesia. Lo logrado por el ahora ministro Kicilof y los legisladores oficiales y opositores -con la honrosa excepción del PRO del vilipendiado "derechista neoliberal" Macri - es forzar al país a pagar 5.000 millones de dólares adicionales por expropiar a uno de los que seguirá siendo accionistas, con una pérdida del 15 % adicional sobre el valor de mercado que tenía YPF al momento de la expropiación.
El pago debería ser en efectivo, pero como el gobierno no tiene los dólares, deberá tomar deuda por otros 4,000 dólares al 15 % anual.
Si a esto se agrega que Repsol sigue como accionista con derechos a las reservas de Vaca Muerta y que YPF deberá conceder las áreas a otras empresas extranjeras y privadas, se concluye que la "gesta" nacional y popular ha aumentado la deuda, dilapidado 8.000 millones adicionales de reservas y dejado el control efectivo de la producción donde siempre estuvo: en las inversiones multimillonarias que ahora vendrán con mayores costos por la desconfianza generada por la "patriada".
Para el máximo responsable, el megaincompetente Axel Kiciloff, que con este nuevo "malambo nacional y popular" que le ha dado Repsol agrega una nueva cocarda a su récord de expropiaciones hemorrágicas (ya lleva 3,000 millones de subsidios a Aerolíneas para que vuele con 200 pasajeros y 500 empleados por avión)
sólo queda la salvación de la reforma del Código Civil para impedir que los contribuyentes damnificados le pasen la factura que acaban de recibir en co-responsabilidad con la oposición que votó por los disparates de Aerolíneas e YPF tratando de ser más "nacional y popular" que el gobierno.
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