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Thursday, April 2, 2009

Indigenismo, Maradonismo: jugando al fútbol en el Circo romano de Chávez y Morales


Como una epidemia incurable, la pelotudez pseudoprogresista castiga nuevamente a los argentinos en donde les duele más: el fútbol.

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Las mismas "mayorías" que reeligieron a Menem y a Kirchner para luego quejarse amargamente de que les robaran los ahorros, los ingresos y hasta los calzoncillos, las mismas hordas de retardados mentales que han logrado eludir todo uso del cerebro durante su escolaridad obligatoria y gratuita (en el sentido del "al pedo") , rugieron por poner a Maradona a cargo del seleccionado nacional que humilló en el 94 a fuerza de efedrina y negación de la realidad (suya y del mismo inamovible Grondona que rige el fútbol argentino).
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No solamente ponen al alcohólico a atender el bar, sino que lo someten a la clásica montaña rusa de adoración-cachetazo con la que lo convirtieron en un barrilete emocional que escupe vodka por las tribunas.
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Salvado milagrosamente de la necrológica de El Gráfico por nietas y showbol, Maradona fue nuevamente llevado a su máximo nivel de incompetencia para vender plateas y horas de pauta publicitaria. Ni más, ni menos.
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Y no bastando con esto, el Maradona usado por Kirchner-Chavez-Castro para publicitar el socialismo bolivariano también decidió colaborar con el Evo Morales, atendiendo a la lógica del progresismo vigente y claudicando ante el argumento indigenista de "jugar en la altura por solidaridad bolivariana".
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De poco vale pensar que con el mismo argumento habrá que jugar contra Estados Unidos en la altura de Denver o recordar que los récord olímpicos obtenidos en México han sido cuestionados y provocado que no se compute más las marcas obtenidas gracias al viento a favor o la presión atmosférica.
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Inútil sería considerar la absoluta equidad jurídica con la que los kenianos pueden pedir maratones cruzando la selva, salto de obstáculos sobre lomos de cocodrilos o los etíopes carreras de 5 mil metros descalzos sobre la arena a 45 grados a la sombra.
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Poco importa que los jugadores -esos molestos quejosos que mueven la pelota durante 90 minutos por partido- declaran en forma casi unánime que es imposible competir en esa altura y que los preparadores físicos expresen temor de tener algún jugador muerto de un infarto por el esfuerzo de correr a esa altura -algo que todos describen como hacerlo con una mochila de piedras-, en la que recuperarse de una sola carrera lleva -como los espectadores pudieron notar- varios minutos jadeando.



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No, hay que jugar en La Paz porque en el fútbol lo importante es competir, no ganar...no,no, porque entonces da lo mismo jugar en cualquier parte... lo importantes es ganar, no competir... no, no, porque entonces el entrenador y los jugadores argentinos deben negarse a jugar donde dan ventajas abismales... qué podemos decir? Ah!

Argumentos de los imperialistas. Oligarcas. Maricones. Traidores. Elitistas y racistas!

Si Maradona pensara con los pies -que es lo que sabe hacer-, sus juanetes le hubiesen indicado que la causa justa era de la de los laburantes de la pelota, no la de sus traficantes grondonianos o bolivarianos.
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Pero hace rato que Maradona ha dejado de escuchar a sus pies, intoxicado en la nube de pedo "progresista" que lo adula y acompaña al cadalso.
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Bolivia festeja, Evo toca la quena mirando cómo se salvó por un tiempo de las llamas con este "Minimundial 78" que le regaló el Diez.
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Así que los argentinos "progre" deberán entonar su Manifesto una vez más: -
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"Pelotudos del mundo, uníos!"
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Referencias

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1 comment:

Raymond Aron said...

Excelente, Arlt, usted escribe con toda la furia que merece el tema. El indigenismo usa a los indigenas en nombres de crapulas parisinos que conozco muy bien.
Hay civilizacion y hay barbarie. Y ellos lo saben, condenando a su gente a la segunda categoria para cobrar y vivir de ello.