Con un gasto que crece al triple del ritmo de la recaudación posible, en un año de recesión globa las finanzas sangran en caída libre mientras la población bajo la línea de pobreza (medida con el índice retocado del INDEC) crece del 32 % al 39 % (según los cálculos más conservadores), la inflación supera el 25 % (con un 70 % de aumento de precios al público en diciembre-enero), y las provincias se declaran en quiebra, mientras 132,000 millones de dólares argentinos (equivalentes al 70 % del PBI anual y al 80 % de la deuda) se refugian en colchones y cuentas uruguayas o caribeñas a la espera de tiempos mejores, y 120,000 jóvenes argentinos hacen cola ante las embajadas de España e Italia el cambio de nacionalidad a la de sus abuelos.
En este tenebroso escenario, el gobierno despide en forma escandalosa al presidente del Banco Central, desatando la inmediata estampida financiera y condenando al fracaso el canje de deuda propuesto.
A modo de comparación, el presidente Obama está tratando de convencer a su Senado de confirmar rápidamente al presidente del Fed, Ben Bernencke, para evitar que la Bolsa americana siga cayendo (la sola especulación con la no confirmación del presidente del Banco Central americano bastó para hacer caer 800 puntos el índice Dow Jones -provocando una pérdida del 10% en los ahorros de los americanos, que por lo general están en acciones de empresas locales-)
Si se computan los bonos emitidos y los pagos pendientes, Argentina no sólo no tiene "reservas de libre disponibilidad", sino un déficit de 10,000 millones de dólares.
Mientras Chile y Brasil cosechan inversiones y disfrutan de crédito y reservas genuinas, la paralizada y endeudada Argentina entra de nalgas y a contramano en el segundo año de recesión global.
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Referencias
- Bermúdez, I (2010) El verdadero nivel de reservas que custodia el BCRA. La Nacion
- De Pablo (2010) Pou 2001 - Redrado 2010: un solo corazón ?- Diario Perfil
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