Como en 1973, el cartel OPEC , dividido entre Saudi Arabia, Kuwait y los emiratos y el eje Iran-Venezuela-Irán se ha negado a aumentar la producción -siguiendo el criterio del grupo por iraní- intentando lucrar ahogando la recuperación.
Ha quedado en evidencia que los monopolios del siglo 21 están en manos de estados dictatoriales antes que de multinacionales.
También, que la "guerra fría" entre Arabia Saudita e Irán por la primacía en el Medio Oriente ha llegado a la OPEC, ampliando el frente en el que hoy luchan y respaldan a regímenes opuestos en Líbano, Siria, Palestina y Yemen, los iraníes tratando de cercar los pozos de la península arábica y el Golgo Pérsico (que los saudis llaman Mar Arábico)
Como respuesta, 27 naciones desarrolladas agrupadas en la IAE han decidido volcar 60 millones de barriles derrumbando el precio para dar respiro a Europa, Estados Unidos y los países emergentes que luchan contra la recesión
Un nuevo mundo -muy diferente del de las décadas anteriores y la propaganda y terrorismo anti occidental financiado por los miembros de la OPEC- está surgiendo y tratando de liberarse del yugo del petróleo.
Los Estados Unidos ya están reduciendo el consumo y contemplando el pasaje masivo al gas natural -del que tienen más que los árabes petróleo-, y las energías alternativas -solar, eólica y térmica-, abriendo la posibilidad -gracias a la desesperada codicia de los regímenes quebrados financieramente de Irán y Venezuela- de una economía mundial emancipada del yugo petrolero.
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