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Monday, May 16, 2011

Argentina bolivariana: quienes pagan el "modelo de crecimiento" y quienes crecen

Los datos recientes de la evolución del salario en dólares muestran que la Argentina está de nuevo en la situación de salarios insostenibles que tenía en 1998 -cuando el salario medio era de 930 dólares- y con el doble del nivel de pobreza -36 % contra 18 %- medido en términos del índice digitado del INDEC -que reduce a la mitad el valor real de la canasta de alimentos y el crecimiento inflacionario-.
El "modelo del crecimiento" implementado por el gobierno del matrimonio Kirchner desde 2003 estaba basado en salarios devaluados en un 70 % -300 dólares en 2003- para estimular exportaciones a Brasil -que hoy comienza a cerrar las puertas a las autopartes argentinas- y maximizar los márgenes de retenciones a las exportaciones agropecuarias.

Pero mientras el precio de la soja siguió aumentando, el GDP o PBI por habitante comenzó a descender, por el doble efecto del gasto en subsidios y la huída de inversiones a los países "normales" limítrofes
Desde 2008, la presión inflacionaria real se tradujo en aumentos de 20 a 30 % en los pisos salariales -el doble de la inflación estimada por el INDEC-, con sindicatos reclamando una media de 4.000 pesos de salario minimo en 2011 -unos ... 900 dólares como en la repudiada era del dolar barato de la era menemista (1989-1998)-.

El efecto de esta continua carrera de salarios-tortugas contra precios-liebre es un aumento del número de pobres -familias que no llegan a ganar lo suficiente para oagar una canasta basica- del 44 % -según las estimaciones de FIEL- al 80 % -si se consideran las reclamaciones de Moyano-

El "modelo" hace agua por la base, creando la clásica carrera de aumentos semestrales -luego trimestrales- que sólo impulsan el aumento de precios y la revaluación violenta del peso contra un dólar que de por sí sigue bajando contra todas las monedas latinoamericanas.

La pauperización estructural -que se puede comprobar visualmente con sólo salir al balcón posterior de la Casa Rosada y contemplar el crecimiento paralelo de la Villa 31 bis (a la que ingresan 1,100 familias por mes procedentes del conurbano y los países limítrofes -que exportan así a sus desempleados y financian sus propios modelos clientelistas- ) y el de las torres de 7.000 dólares el metro cuadrado de Puerto Madero -que alojan a los muchos menos y repetidos beneficiarios del "modelo de crecimiento" y a los funcionarios que han permanecido rotando puestos en ministerios y secretarias desde la denostada era menemista- ha alcanzado niveles que disparan los índices de robos, saqueos, ocupaciones y protestas sociales en los 24 distritos del país.

Tras una década en el poder proclamando el "modelo distributivo equitativo", estos conflictos ya no se pueden endilgar a la "herencia del pasado" de la década anterior -en particular considerando el crecimiento promedio del 6 % anual del PBI y el aún más metórico de las exportaciones de granos e insumos industriales-.

El coeficiente Gini -una medida que disfraza el aumento del número de pobres de "aumento de la equidad"- que ha generado el "modelo distributivo" en Argentina -51.3- la coloca en el puesto 21 entre 122 países en materia de desigual distribución del ingreso -otro retorno a los niveles que precedieron al default-y 15 puntos sobre su media histórica desde 1960.

El coeficiente Gini tiende a ser más bajo ("mejorar") cuando aumenta la pobreza sistémica, mientras que sube cuando se inicia un proceso general de crecimiento -como en los casos de China y Brasil- que genera más clase media, más millonarios y más "desigualdad" mientras a la vez aumenta el nivel de vida e ingresos de los sectores más pobres y de los jubilados-.

El "modelo" clientelista argentino -como el boliviano, el venezolano y el ecuatoriano- ha llegado al punto de saturación, en el que ya no puede seguir "pateando para adelante" su deuda social y comienza a entrar en el vórtice del conflicto cotidiano, reforzando la caída de la productividad y la parálisis económica con cortes de rutas, calles, piquetes y protestas de quienes viven del "voto cautivo" para llegar a fin del siguiente mes.

Esta realidad explica mejor que las coartadas psicologistas del duelo y la viudez -la trepidación ostensible de la única candidata "viable" -Cristina Kirchner- para cumplir el mero trámite electoral que requeriría prorrogar 4 años más su estada en la Casa Rosada.

A su alrededor, los Moyanos y Morenos tironean de los aumentos como pirañas de una presa que flota inerte y ensangrentada.

La pseudo-oposición -que practica un "kirchnerismo sin Kirchner" tan descerebrado como cuando una década atrás reclamaban por la vuelta de Cavallo y el mantenimiento de la convertibilidad- tampoco quiere estar en el timón del Titanic que se bambolea, y lo demuestra huyendo en tropel de las candidaturas presidenciales para aferrarse a más tranquilos salvavidas de intendencias y gobernaciones desde las que esperar a que pase el oleaje y los incendios.
Argentina repite su ciclo decenal de infarto económico, devaluacion, morfina monetaria ("Plan Krieger", "tablita de Martinez de Hoz", Plan Austral,"tablita de Machinea",1x1, 3x1), euforia suicida y nuevo infarto con regularidad de laxante -como evidencia este "electrocardiograma ecónomico" de los últimos 50 años:

En cada recaída, se agrega un nuevo porcentaje a la masa creciente de pobreza estructural y desocupados crónicos colgados de planes asistenciales y -a medida que se acerca el nuevo infarto- la secuencia creciente de hurtos, robos y saqueos.

El Titanic argentino entra redoblando la marcha en el campo de témpanos flotantes, y hasta la capitana parece estar buscando el acceso a los botes salvavidas.

De continuar con el ritmo actual, los argentinos vivirán en carne propia otra animada reconstrucción de aquel naufragio justo a a tiempo para su centenario (1912-2012)

La historia se repite, una vez más.

"La definición clínica de la locura es repetir la misma conducta y esperar un resultado diferente"
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Referencias

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2 comments:

Chico Arte said...

En ocasiones es cierto el dato de que cuando aumenta la pobreza mejora el índice de Gini, pero también hay ocasiones en que el índice empeora; eso depende del crecimiento económico: si hay recesión y aumenta la pobreza, el índice de Gini se acerca a 0, si hay crecimiento económico y aumenta la pobreza o baja levemente, el índice se acerca a 1,00.

En el caso de Brasil, su distribución de riquezas a ido mejorando y no empeorando. Creciendo solo un 4% anual en los últimos años (3.9% 2003-2010) ha insertado a un mayor segmento de la población en la clase media que China que viene creciendo al 10%.

Indice de Gini de Brasil
en 1998: 0,607
en 2005: 0,567
en 2007: 0,550
en 2008: 0,521
en 2009: 0,518

Perito Moreno said...

El Gini no mide la "justicia" en la distribución del ingreso, solamente la diferencia entre máximos y mínimos. Por eso Zimbabwe es más "igualitario" que Canadá. La "mejora" del Gini producida mediante el clientelismo se traduce en igualar para abajo, aumentando el número de dependientes de subsidios directos (planes) e indirectos (subsidios a empresas públicas y privadas para mantener por un tiempo precios de fantasía hasta que el mercado negro y la escasez los devoran). Lo explicamos en mayor detalle -y con datos de múltiples países correlacionando PBI, Gini, Desarrollo Humano y otros índices- en el articulo "Falacias "progresistas": el uso del coeficiente Gini para justificar la redistribución regresiva de la pobreza" (http://discepolin.blogspot.com/2009/12/falacias-progresistas-el-uso-del.html)