- Alberdi (2009) Argentina 1930-2009: 70 años de "nacional progresismo" sin Nación y sin progreso
- Quiroga (2009) Geopolítica de las emociones: la América Latina de la humillación contra la de la esperanza
- Aron (2009) Argentina: el retorno de la dictadura
- Aron (2009) Argentina, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia: el retorno de las dictaduras II
- Ortega (2009) Constitución argentina: de república liberal a estado fascista
- Aron (2011) Lecturas recomendadas 10: Amy Chua y los derechos a la propiedad y el comercio de las minorías étnicas
- Romero, L. A. (2012) El nacionalismo patológico. La Nación
Sunday, July 31, 2011
Del nacional socialismo al socialismo nacional: las mutaciones del fascismo latinoamericano
En el transcurso de una sinuosa y oscura historia buscando el poder por medio de golpes elecciones que condujesen a la "suma del poder público", el fascismo latinoamericano comenzó tras la derrota de sus inspiradores en 1945 a alterar el orden de la fórmula de "nacional socialismo" a "socialismo nacional", continuando con el cultivo y canalización del resentimiento por la depresión económica y las derrotas militares -generadas por sus propias aventuras napoleónicas- hacia las democracias liberales "decadentes", minorías étnicas e inmigrantes y el libre comercio en general
En fases sucesivas -como los gobiernos de Getulio Vargas en Brasil y de Juan Domingo Perón en Argentina- los golpes militares fueron utilizados como plataformas para arrebatar los sindicatos a socialistas y comunistas y utilizarlos como máquinas de voto clientelista, ya anticipada por el PRI mexicano tras Lázaro Cárdenas.
En las décadas del setenta y ochenta, los golpes militares "nacionalistas" como el de Velasco Alvarado en Perú, René Barrientos en Bolivia o el de Omar Torrijos en Panamá fueron otro camino de los "socialistas nacionales" para encaramarse en el poder -con los mismos desastrosos resultados de siempre-
En los noventas, un joven golpista Hugo Chavez probó suerte por esa vía -que luego repetiría Ollanta Humala- tratando de capitalizar la crisis económica generada por el populista Perez
Tanto el comunismo -en sus versiones soviética, china, coreana y cubana- como el fascismo original y sus versiones bolivarianas y árabes se nutren de explotar lo que Dominique Moisi llama en su libro "Geopolítica de las Emociones" sentimiento de "humillación" y canalizarlo contra las "minorías exitosas" que describe en otro artículo de este Blog Amy Chua.
El ascenso original de Hitler al poder -reflejado con rigor en el documental que sigue- fue un subproducto directo de la Gran Depresión y las humillaciones de Versalles -sobre lo que el cabo austríaco construyó su promesa de estado benefactor, dictadura perpetua y pureza racial (no muy lejos de las propuestas de Sendero Luminoso y los grupos indigenistas bolivianos que apoyan a Morales)
En Argentina, el primer precursor fue el estanciero Juan Manuel de Rosas -que gobernó por el terror con la primer "suma del poder público" entre 1830 y 1852, negandose a limitar su poder con una constitución, persiguiendo a los "medios" rebeldes de la época y usando las fuerzas de choque de la Mazorca para continuas purgas que han quedado en el "playbook" bolivariano-
Siguiendo el modelo de "Mein Kampf" -uno de los libros de cabecera del primer nacionalismo argentino- y la reinvención goebbelsiana de un pasado inexistente para justificar su plan político, los "socialistas nacionales" argentinos -de Julio Irazusta a José María Rosa y Jauretche- reinventaron al estanciero Rosas que se asiló por 20 años en Inglaterra como un distribuidor de riqueza y luchador antiimperialista, alabando su planeado exterminio y robo de tierras a los aborígenes en la primera campaña del Desierto (1830-34) como un acto de civilización piadosa mientras denostaban a Sarmiento y Roca por hacer lo mismo 30 años después.
Diseñada para justificar la toma del poder y la dictadura, la ideología nacional socialista latinoamericana reescribió el pasado para hacerlo culminar en los "caudillos" que la financiaban: Rosas culminaba en Uriburu y Perón, los Montoneros (sucesores de la Mazorca) -y ahora en Kirchner y sus Piqueteros- y Bolivar -un anglófilo famoso que admiraba a los Estados Unidos- en el antiamericano Chavez.
Para los curiosos de estos documentos visuales e históricos, se puede comprobar cómo el "socialismo nacional" sigue los mismos pasos -golpe o reforma constitucional, poderes absolutos, reelección perpetura, persecución de toda oposición, adoctrinamiento masivo, propaganda anti-extranjera, alianzas con "ejes" dictatoriales afines y clientelismo económico- y termina más o menos de la misma manera -catástrofe económica, guerra civil o ambas-
Los grupos nacional socialistas -como los Tacuara o la Alianza Nacionalista en la Argentina de 1930/55- fueron la cuna tanto de los grupos de torturadores que ejecutaron a 9,000 "desaparecidos" en los campos de concentración militares entre 1978 y 1983 como de los grupos Montoneros que siguieron haciéndolo hasta la caída del segundo gobierno de Perón.
Basta comparar el progreso de los países que lo han evitado o extirpado -Chile, Colombia, Costa Rica, Brasil, Estados Unidos, Canadá- con el de los que lo mantienen.
O mirar el nivel de vida de la Argentina entre 1820 y 1930 -bajo el pérfido liberalismo- con el que tuvo después con 70 años de "nacional socialismo" y "socialismo nacional"
"La Historia se repite, como farsa" Karl Marx, 1869, El 18 Brumario de Luis Bonaparte
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Referencias
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