Una de las hipocresias corrientes en la educada Argentina es negar toda referencia a lo ocurrido entre 1853 y 1930, y descalificar como "liberales" a Sarmiento, Mitre, Avellaneda, Alberdi y pretender que Moreno y San Martin eran montoneros y federalistas.En esta completamente inventada "historia argentina" creada por "revisionistas" como Jose Maria Rosa, los hechos han sido completamente reinventados para que la destruccion, el atraso y el terror que acompañaron en vida a Facundo y Rosas se transformen en valiente defensa de "la soberanía" contra -claro está- las "potencias extranjeras".
Por el contrario, cualquier persona que lea historia argentina en las fuentes o fuera del pais sabra la verdad: que Argentina en 1870 tenia un PBI per capita de 2,750 dolares contra 2,400 de los Estados Unidos -Angus Maddison, 2003, estadisticas economicas historicas, Banco Mundial- y los 1,300 de la España post borbonica.
Fue la moral puritana y el culto al trabajo y la industria de Alberdi, Sarmiento y Mitre lo que creo esa riqueza y atrajo a inmigrantes europeos que vinieron a Argentima y prosperaron en una generacion sin agitar banderitas ni trabajar de piqueteros o cartoneros, sino de albañiles, almaceneros, peones, chacareros y ahorrar centavos para crear pequeños almacenes y chacras que aun dan de comer a miles de argentinos y enviar a sus hijos a estudiar para medicos, ingenieros y abogados capaces de ganar nuestros Premios Nobel.
Fue el espiritu capitalista que ellos introdujeron el que creo 80 años de riqueza economica, intelectual y cultural, construyo nuestros ferrocarriles y puertos, puso en el campo nuestros Aberdeen Angus y Hereford, envio nuestros granos al mundo, extrajo petroleo de nuestra Patagonia y planto pueblos galeses y maestros norteamericanos de Trevelin al Chaco.
Es ese capitalismo del productor agropecuario que ha salvado a la Argentina de sus debacles economicas y aun la sostiene cuando la soja ayuda a pesar de los parasitos que la gobiernan y sus retenciones, que siguen diciendo "aramos!" como el mosquito al buey que rompe el terron, según cantaba el tan noble como extrañado Zitarrosa.
Cualquiera que camine por las calles del pais, vea los delantales blancos brotar de las escuelas, se admire de la todavia amplia educacion que el argentino medio recibe de su escuela media, lea La Nacion, admire nuestros Museos de Ciencias Naturales, nuestra Universidad de Buenos Aires, nuestros Museos de Bellas Artes y la riqueza cultural inmigratoria de la Argentina sabra que esta admirando las creaciones de nuestros escritores-educadores-periodistas-presidentes Domingo Faustino Sarmiento y Bartolome Mitre.
Pero esta prohibido para los argentinos elogiarlos o incluso nombrarlos. Los actos por Sarmiento son solo para los maestros -profesion que ejerció y creó- y las miles de escuelas que fundó, no para el Estado que lo considera casi un criminal de guerra y santifica al dictador paraguayo Francisco Solano Lopez.
La tumba de Sarmiento en Recoleta permanece solitaria mientras la de Gardel tiene siempre algun admirador.
Pero tambien cada argentino sabe lo que le debe a todos estos grandes hombres y siente verguenza de no poder manifestarlo.
Vivimos aun bajo La Sociedad Restauradora de La Mazorca.
Algun dia cambiará para que Argentina vuelva a ser lo que debe ser.
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