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Monday, June 29, 2009

El único modelo que quieren los argentinos: el de la Constitución de 1853 y todos y cada uno de sus derechos y garantías

Como era de esperar, el kirchnerismo perdió en todo el país, a pesar del fraude de los candidatos testimoniales, el voto choripan de los Planes Trabajar y las amenazas de fin del mundo.

Más importante que el resultado de esta pseudo-elección entre Kirchner y el kirchnerismo sin Kirchner -que deja a la pareja real de Argentina con 6 meses de parlamento-escribanía para rifar lo que queda- es la verificación de que los más pobres (mantenidos por el kirchnerismo en los arrabales de miseria del GBA)-y el 70% de los votantes argentinos- votan contra el "socialismo bolivariano" que les quieren meter por las narices desde hace 7 años.

Sólo un 24 % de la clase media porteña (1,58% de los 27 millones de votos escrutados -menos de la mitad del viejo PC de 1973-) siguió al ultra-chavista Solanas en sus delirios de "profundizar" el "modelo"- reemplazando el viejo y eficaz capitalismo "liberal" o de "mercado" que se practicara en la Argentina próspera de 1853-1930 y que practican hace 30 años en Chile, 20 años en Brasil y 15 años en Colombia -cuyos PBI per cápita se duplicaron y triplicaron captando el 83 % de la inversión extranjera en América Latina mientras el PBI per capita argentino caía a un nivel actual es inferior al de 1998- .

Lo más significativo es que -hayan votado del centro a la derecha o la izquierda-, el 70% de los argentinos votó contra un "modelo" foráneo -importado de Venezuela- que busca perpetuarse -como en todos los países controlados por el imperialismo chavista- mediante la "alteracion" constitucional.

El periodista Ronaldo Hanglin sorprendió con un arrebato inusual de lucidez y sentido común para responder a la presidente-títere de Argentina: "no necesitamos un nuevo modelo, tenemos el de la Constitución de 1853/60 y somos una república de casi 200 años de edad"-

Agregamos que ese es el modelo que juramos todos los argentinos -incluídos los presidentes elegidos por el voto- sostener y preservar, no otro.



El "modelo bolivariano" inventado para etiquetar y exportar el fascismo chavista busca indisimuladamente formar un imperio en Sudamérica gobernado por un emperador -Hugo Chávez- y varias "familias reales"locales -los Castro, Morales, Kirchner, Ortega, hasta ayer Honduras- cuyos parientes reelegidos a perpetuidad por derecho hereditario mediante reformas constitucionales que modifican lo inmodificable: la Declaración de Derechos de los ciudadanos -a la libre expresión, circulación, a echar a sus gobernantes mediante el voto y a la propiedad privada de las herramientas y frutos de su trabajo-.

Los argentinos están lejos de sentirse seguros con lo que pasó ayer: saben que los Kirchner están en control de los tres poderes y la caja, que Chávez sigue activo subsidiándolos y que hay un porcentaje no despreciable de "chavistas" listos para apoyar cualquier alternativa más kirchnerista que Kirchner -distribuyendo su odio al "neoliberalismo" entre Solanas y DÉlia- en un segmento de porteños caídos de la clase media llamativamente coincidente con la estadística de brotes psicóticos legados por el default duhaldista de 2002.

Queda esperar, pero Argentina no está peor que antes.

Se abre una oportunidad de salir del infierno del neocamporismo estancado en 1973 y de la nube de pedo pseudoprogresista con la que se cubre la chorrocracia argentina mientras compra el país a precio de remate.

No es el principio del fin -las pachangas lamentables de las campañas imitando a Tinelli imitando a CNN son un triste recordatorio de lo que tienen los candidatos triunfantes entre las cejas y entre las orejas y de la vigencia del PRI argentino-, pero es el fin del principio

Las ratas comienzan significativamente a abandonar el bote

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Referencias

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