Mientras Chavez, Kirchner y el resto del "bloque bolivariano" espantan las inversiones con discursos "anticapitalistas" de barricada, manipulación monetaria, expropiaciones y bruscos cambios de las reglas del juego para captar rentas ajenas para sus modelos clientelistas, el presidente electo de Uruguay, Pepe Mujica, les da una lección adicional de cómo poner el caballo (la inversión) delante del carro (el progreso social) ya hacer que tire de él con brío.
Mujica, un ex guerrillero Tupamaro que pasó años en prisión mientras Chávez daba cuartelazos y Kirchner expropiaba propiedades en Santa Cruz de la mano de sus luego denostados militares, ha sabido aprender de su experiencia histórica y poner al interés nacional por delante de las preferencias ideológicas.
Ya en la campaña contra el ex presidente Lacalle supo quitarle el título de "pro empresa" apuntando con certeza a su credibilidad. "Las empresas huyen de los gobiernos coimeros", dijo, acreditando que -en su caso- había una trayectoria patrimonial mucho más clara que la de los "ex" y sus empresarios amigos
La convocatoria a empresarios calculó un millar de invitados pagos para escuchar a Mujica y colectó más de 1,500, la mayoría argentinos huyendo del caos económico y social y las continuas "apretadas" y manotazos a los ingresos del matrimonio gobernante.
Mujica fue claro: no hay obra social sin prosperidad, y no hay prosperidad sin garantías para la propiedad, reglas de juego estables y presión tributaria bajo control. En pocas palabras, Mujica definió el rol de un gobierno para hacer crecer la economía y generar derrama social tal y como lo entienden todas las democracias prosperas del planeta -de la España de Felipe Gonzalez y Zapatero a los Estados Unidos de Obama, la India e incluso la China post maoísta -donde Deng Xiao Ping dejó fuera del régimen comunista 17 "zonas especiales" a la imagen y semejanza de Hong Kong bajo el lema "no importa el color del gato con tal que cace ratones"-.
Uruguay ha crecido a ritmo constante bajo gobiernos colorados, blancos y ahora de izquierda progresista mediante una simple pero constante estrategia nacional: estabilidad y regla de ley para todos. Se ha convertido así en la Suiza del cono sur -en no poca medida por contraste con la voracidad e imprevisibilidad de la vecina Argentina- y ahora aspira a convertirse en su Hong Kong, Singapur o Macao.
Y le va bien, como demuestra el flujo de inversiones a su costa atlántica, que resplandece erizada de edificios, casas, barcos y carreteras construídas por capitales argentinos, brasileros, americanos y europeos que emplean a los uruguayos en proyectos de largo plazo.
La continuidad de las políticas -como lo muestra este discurso del ex presidente Tabaré Vazquez reconociendo la atracción de inversiones de sus predecesores
E invitando a su antecesor y opositor político el ex Presidente Battle a inaugurar el aeropuerto nuevo de Carrasco (construído con capitales argentinos) reconociéndolo por haber iniciado el proyecto durante su gestión
Otra lección para los incorregibles bolivarianos y sus seguidores izquierdistas narcotizados en los slogans fracasados de la década del 70.
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Referencias
- Discepolin (2008) Socialismo del siglo 21: el de Europa y España, no el "bolivariano"
- Lecciones de Chile: Ricardo Lagos
- Lecciones de Sudafrica: Nelson Mandela y los verdaderos derechos humanos
- Lecciones de México: Denise Dresser
- El Cronista (2010) Mujica sedujo a empresarios y obtuvo 150 propuestas de inversión
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2 comments:
Tan cerca, pero tan lejos.
En el mismo discurso, Mujica tendió claros puentes a Argentina (sostuvo, por ejemplo, que no se siente extranjero cuando visita nuestro país).
Cero confrontación. Cero altanería.
No podría haberlo sintetizado mejor, Disidente: Uruguay es la contraprueba técnica de nuestros errores y una ventana de "historia contrafáctica" que nos permite ver qué podríamos ser si hubiésemos hecho lo sensato en vez de lo que hicimos.
Se van a cansar de recibir inmigrantes argentinos...
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