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Saturday, August 31, 2019

Argentina: Entre la austeridad y el suicidio (II): elige suicidio


“At first you go bankrupt slowly, then all at once.”  
Ernest Hemingway The Sun Also Rises

El gobierno moderado de Mauricio Macri ha finalmente entrado en la crisis terminal de su modelo gradualista de gestion. El default en que el pais entro en 2018 con la mega devaluacion y el inicio de la corrida cambiaria ha llegado al punto en que no puede disimularse mas.

La premisa de la gestión de Macri fue que el país populista inviable creado por 80 años de peronismo y exacerbado por los últimos 15 años de kirchnerismo podría ser cambiado gradualmente mediante una fuerte inversion en infraestructura productiva -energía, transporte comercial y público- y una gradual actualización de tarifas y tipo de cambio. 

En lugar de hacer un ajuste de reglas estructurales de fondo al inicio -como lo hizo Menem en 1989-1991 con el Plan de Convertibilidad y las leyes de Reforma del Estado, Obras Sociales y Jubilaciones- Macri opto por postergarlo para ganar popularidad y las elecciones de 2017 -en las que creyó "arrasar" al peronismo y kirchnerismo-, dejando intacto el estado populista insostenible preexistente.

Si bien hay alguna verdad en la excusa oficial según la cual Macri no tenia el mismo poder para privatizar empresas estatales o hacer reformas de fondo que Menem en 1989 -su propia coalición incluía a los populistas radicales que reivindicaban las estatizaciones y votaron por subsidios como las contraproducentes Asignación Universal por Hijo, jubilaciones sin aportes y "planes sociales" que sustituyen y desalientan el empleo y trabajo productivo-, lo cierto es que no tuvo tampoco convicción para al menos intentarlo.

Prefirio apostar a que un "kirchnerismo de buenos modales" -como lo llamaron algunos de sus cínicos críticos peronistas- podria gradualmente reemplazar subsidios con empleo genuino, industrias protegidas e inviables con startups exportadoras.


Para implementar esta version del populismo menemista, Macri recurrio a hipotecar su prestigio inicial y su relación personal con Donald Trump y tomar deuda a niveles vertiginosos para poder mantener el ilusorio sistema de subsidios y planes sociales que tiene a 11 millones cobrando sostenidos por 9 millones aportando y a la vez construir una infraestructura exportadora que en un segundo gobierno podría repagar la deuda quintuplicando el ingreso genuino de dolares -algo que los especialistas consideran técnicamente posible- 


La realidad fue muy diferente. El crecimiento impulsado con deuda no fue dirigido a exportar sino a mantener un consumo interno insostenible que hizo crecer las importaciones evaporando todo superávit comercial y destruyendo sin reemplazo empresas locales antes protegidas. 

Las inversiones reales esperadas nunca llegaron porque el sistema de "ley de la selva" sin garantías jurídicas con piquetes callejeros incontrolados, jueces corruptos y corrupción impune implantado por los tres gobiernos de Nestor y Cristina Kirchner quedaron intactos y amenazando con volver.

En la practica, el "cambio" de Cambiemos (el nombre de la coalición precaria que sostenía a Macri en los hombros de liberales genuinos y populistas radicales como Elisa Carrió) fue una cambio de forma de hacer populismo: del desaforado chavismo de Cristina Kirchner a la "plata dulce" del menemismo en el que alguna vez estuvieron juntos la senadora menemista Fernández y el empresario menemista Macri.

Con un peso artificialmente sobrevaluado por la afluencia de dolares prestados las exportaciones no solo no crecieron, sino que en 2017 comenzaron a caer en terminos de saldo a pesar de cosechas record.

Y en 2018 los argentinos corrieron a cubrirse con dólares ante la evidencia de una crisis de pagos, provocando un default que el gobierno cubrió con nueva deuda en plazos aun mas inmediatos, iniciando con dos años de atraso un ajuste del gasto público.

Los argentinos respondieron castigando a Macri con una derrota catastrófica en las insolitas PASO -que no eligieron nuevo gobierno pero dejaron al existente en virtual acefalía por lo que serán interminable 4 meses hasta Diciembre- pidiendo la vuelta del populismo chavista de Cristina Kirchner que habían rechazado en 2016 y 2017. 


Esto crea una tormenta perfecta que combina la falta de acceso al crédito de los Kirchner (cuya vuelta al poder lo volvería permanente) con hiperinflación y parálisis productiva.

Argentina enfrenta una combinación de la crisis de 2001 (default) con la de 1989 (hiperinflación y parálisis económica) en el momento en que publicamos este articulo.

Estos dos factores nos hacen prever una situación de caos social como la de Grecia que pondra al presidente-testaferro Fernandez -en una repetición trágica del caos y lucha por el poder entre facciones peronistas que termino con la defenestración del "tio" Campora tras 49 días de presidente testaferro de Peron en 1973- a cargo de una austeridad draconiana como la que tuvo que administrar el muy comunista Tsiparas en Grecia durante una decada.

Pero eso es para otro articulo.

En este, nos concentramos en concluir que el "gradualismo" en la salida de un populismo quebrado en su cuarta fase (ver el articulo de Edwards y Dornsbusch en este Blog) es simplemente suicidio , como explicaramos en febrero.

Cambiemos no cae por haber hecho lo que prometió, sino por nunca haberlo intentado. Macri resulto al fin y al cabo, mas el empresario menemista de su trayectoria que un reformador liberal o mucho mas críticamente, un líder transformador convencido dispuesto a afrontar la impopularidad de cambios de fondo como lo fueron Uribe en Colombia, Cardozo en Brasil o los de la Convergencia en Chile.

Mientras sus vecinos gozan de crecimiento y prosperidad con economías abiertas a la exportación y garantías a las inversiones, Argentina vuelve a las mismas recetas de los últimos 80 años.

La realidad hara trizas las fantasias del retorno populista de Cristina Kirchner y su presidente-testaferro y forzara un ajuste abrupto como el que anunciaba el economista Nielsen , probable ministro de economía de un eventual gobierno de Alberto Fernandez y Cristina Kirchner:


Argentina va camino de otro colapso brutal por insistir en el suicidio del modelo populista antes que aceptar la necesaria austeridad que requiere intentar el crecimiento genuino.

Pero el populismo es adictivo y una poblacion  acostumbrada a vivir de precios subsidiados, planes y subsidios a no trabajar y empleos publicos artificiales votara siempre por esto antes que por sacrificios en los que gobiernos como el que Macri acaba de desperdiciar tampoco creen.