Mientras los que protestan contra Wall Street para reclamar la continuidad de los subsidios clientelistas que quebraron a sus estados de beneficencia -exactamente lo que hace falta para terminar de sumirlos en la más absoluta crisis-, vale la pena recordar las agudas reflexiones con las que Milton Friedman hizo trizas hace 30 años los mismos argumentos contra "la codicia" en un popular programa de Phil Donahue, simplemente haciendo preguntas que dejaron en evidencia la incoherencia de los mismos argumentantes y -más gravemente- su falta de ideas prácticas y viables para mejorar el sistema que critican.
En el caso de los organizadores de la lucha contra la codicia de Wall Street, la propia codicia no ha sido modesta a la hora de vender T-shirts, merchandising, recolectar un millón de dólares de los chorlitos que duermen en la plaza y crear ...su propio banco "comunitario" (con tarjetas de crédito incluídas) e incluso registrar como "marca registrada" la propiedad del nombre.
Las disputas por dinero no se han hecho esperar entre los oportunistas que tratan de ordeñar la vaca de la protesta antes que se le acabe la leche -como ya ocurrió con los ecologistas, los "comités Betancourt", las asociaciones internacionales de "derechos humanos" y otros buzones de moda-.
Y cómo la crisis inmobiliaria fue creada por las políticas clientelistas de gobiernos de derecha -Bush, Aznar- y de izquierda que impulsaron el ladrillo barato mediante créditos suicidas de bancos y cajas comunitarias que controlaban con "acciones de oro" y regulaciones de encajes a personas insolventes o engañadas con la insólita teoría -también esgrimida para ganar votos- de que el valor de la propiedad siempre subiría más que el del dinero y que el gobierno ayudaría con subsidios institucionales -los fondos de vivienda y las aseguradoras como Freddie Mac y Fannie Mae- a comprar viviendas a más del 50 % de la población
Por su parte, el historiador económico Niall Ferguson -que calificó con certera precisión a los "indignados" de quedarse en el berrinche y pedir exactamente lo contrario de lo que conviene- expuso las falsas dicotomías entre austeridad y estímulo no ahorra certeras críticas a los pedestres argumentos del pataleo.