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Wednesday, May 19, 2010

Argentina neofascista III: Kirchner 2012-16: El nido de la serpiente



Como en la pesadillesca alegoría bergmaniana sobre el ascenso del nazismo "El nido de la serpiente" (1977), -cuyas escenas de la calle recuerdan a la Buenos Aires gobernada por los piquetes y ladrones instalados por el "modelo" kirchnerista- el matrimonio Kirchner remueve las últimas barreras para la toma completa del poder y la construcción del estado fascista en Argentina que soñaran los Irazustas, Lugones y Uriburus en la década de 1930.

Tienen las condiciones propicias básicas: 35 % de argentinos viviendo en la miseria desde hace un década de humillación y default nacional ,una oposición descerebrada que apoya las mismas ideas -estado clientelista, explotación del resentimiento nacionalista por las humillaciones de Malvinas y el default, negación de la responsabilidad de la dirigencia y los votantes en las dos décadas de decadencia económica, izquierdismo suicida e infantil que se alía (como en 1938) con su enemigo mortal-, poderes absolutos entregados por un parlamento que recuerda poderosamente a la Repúblice de Weimar (en una versión degradada), control de los tres poderes, control de la policía y copamiento de las calles con delincuencia menor y mayor desatadas.

En la Argentina de Kirchner las calles pertenecen a 2 millones de ladrones -la "fuerza de trabajo" requerida para producir un robo cada 15 minutos- que crean un clima de continua amenaza frente a la cual la policía actúa como "barrera selectiva", seleccionando a quiénes proteger del destino inevitable, establecido por "default" de violación y sometimiento a la ley de la selva.

A diferencia de sus antecesores, el neofascismo argentino no precisa de la fuerza militar ni de los uniformes de "camisas pardas" para intimidar: le basta con dejar las calles invadidas de ladrones y piquetes a sueldo del gobierno, usando la policía y la milicia simplemente como escolta de los privilegiados y poderosos que se desea proteger.

El hambre de 35 % de pobreza y 26 % de desempleo devastando por una década a la sociedad proporcionan combustible más que suficiente para desatar un "juego de suma cero" en el que el robo y la violencia operan como mecanismos de continua redistribución de la pobreza y acumulación de tensiones, agravios y nuevas escaladas de violencia social.

A los otros -como prueba la vejación cotidiana de los impotentes Macri, Cobos, de Narvaez, Alfonsín Jr. y Carrió- sólo hace falta dejarlos inermes frente a la combinación de lumpenaje y grupos de choque -en un arco iris violento que va de los clásicos Tacuaras de D' Elia a los camaradas de ruta de la Inmobiliaria Shocklender-Bonafini-.

La oposición inexistente -porque coincide con las premisas neofascistas- es -como anticipamos un año atrás- una "Armada Brancaleone" de aspirantes al poder sin otra idea que el "cambio de firma" manteniendo la misma estructura operativa.

La coronación se avecina con los "festejos del Bicentenario" -convertidos en una fiesta partidaria con "marcha de antorchas" en el corazón de la siempre opositora Buenos Aires- y el Mundial 2010 transmitido con dineros públicos por 4 canales digitales a 2 millones de receptores de propaganda.

Proféticamente, los puentes a Uruguay -el vecino que recuerda a la Argentina de los sesentas- permanecen cortados por grupos de choque que recuerdan a quienes quieran ignorarlo quiénes tienen el poder y cómo lo ejercen.

El único freno al proyecto de coronación es -como con los militares de 1976-82-, la bomba de tiempo del "modelo" económico y la capacidad autodestructiva de un ejecutivo paranoico y sin controles.

Pero -como con Malvinas o el final de Menem-, la "salida" dependerá del tiempo que tarde en llegar una nueva e inevitable -pero postergable- hecatombe económica.

Los huevos de la serpiente comienzan a romper su cáscara.

La Argentina descripta por "Carancho" (Trapero, 2010) está emergiendo con toda la violencia social incubada por 25 años de decadencia y cultura fascista:

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Referencias

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1 comment:

Horacio Quiroga said...

Excelente analogía, claro, para quienes ven filmes de Bergman...
Argentina sigue incubando tantos fascistas como cucharachas anidan en sus basureros sin recolección.