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Thursday, June 13, 2013

Argentina K; El planeta de los simios



En el clasico filme de 1968, un astronauta (Charlton Heston) lleg con su nave volando a la velocidad de la luz a un planeta gobernado por simios, que esclavizan a los seres humanos y castran y lobotomizan a los disidentes. 

Hacia el final (rescatado en el video que abre este articulo), el astronauta descubre que el planeta es la Tierra y que los humanos han entregado su propia libertad siglos atras.

Enterrada en la arena de una playa, el protagonista del filme encuentra la Estatua de la Libertad. Del mismo modo, quienes levantan la cabeza de las afiebradas calles de Buenos Aires  sembradas de motoqueros, piqueteros y punguistas, donde coches y peatones se atropellan según las reglas de la ley de la selva, pueden observar los restos de un pasado respetuoso,   educado y diferente.

Contemplando la Argentina gobernada por el kirchnerismo -ultima versión del "nacional-socialismo" encaramado en el poder desde el golpe militar-nacionalista de 1930- se advierten inquietantes semejanzas.

Basta con recordar que entre 1853 y 1914 Argentina tuvo un PBI por habitante equivalente -y en algunos años superior- al de los Estados Unidos -a cuya imagen y semejanza se organizo el país con la Constitución de 1853-, para caer a menos de un 30 % (y la mitad del PBI por habitante de España que en 1955 era la mitad del argentino) gracias a la sistemática destrucción de las instituciones -reglas- originales y su reemplazo por sucesivas amputaciones que devolvieran a los gobernantes la suma de poder publico que Rosas -el antepasado común de los "socialistas-nacionales" - detentara antes de 1853.


Faltaría agregar las alarmantes semejanzas entre mazorquero alzando cadalsos y degollando disidentes en la Plaza de Mayo y los barrabravas-piqueteros, tacuaras y escraches en la vía publica actuales, la muerte de Moreno y el exilio de los opositores en Montevideo con el cierre de La Prensa y el hostigamiento a Clarín y La Nación para descubrir que la Argentina es otro ejemplo del planeta de los simios.

Y por las mismas razones: entregar la libertad y el gobierno a los violentos, corruptos e incapaces a cambio de menguantes beneficios y crecientes despojos que dejan a los que votan por los simios dando gritos con la vestimenta tarzanesca que adopta el personaje de Heston en el filme es un ultimo acto de autodestrucción condenado por la misma Constitución de 1853 como "traición a la Patria".

A pocos meses de nuevas "no-elecciones" en las que rivalizan simples variantes del pensamiento único "nac & pop" que gobierna desde 1930 con uniformes o sin ellos, es bueno recordar que la dirección regresiva de la Argentina desde ese entonces no es una decadencia inevitable sino provocada por el cinismo con el que los argentinos mas capaces se han resignado a ser gobernados por y como animales.

Así era también la Argentina de la era de los caudillos y de la dictadura de Rosas en el siglo 19 antes de que las ideas y el empuje de sus Echeverrias, Sarmientos y Alberdis dieran paso a una república y siete décadas de prosperidad y educación.

Del mismo modo que las mismas ideas han conducido a la decadencia de Argentina y otros países latinoamericanos, un retorno al imperio de la ley y las constituciones liberales originales puede generar recuperaciones como las vividas por Chile, Colombia, Perú, Brasil y los demás países normales del continente.

Hay dos caminos posibles para salir del planeta de los simios: la opcion racional y preventiva de los países recuperados del Pacto del Pacifico, o el despertar de la resaca nacionalista de los millones que, golpeando cacerolas, se citan en las calles buscando el camino por delante de los mediocres y cómplices dirigentes que han votado. 

Tarde o temprano, Argentina tendrá que volver -probablemente por la segunda via, del sacrificio- a ser lo que San Martín advirtió cuando aconsejo -por intermedio de su hija-

"Seras lo que debas ser o no seras nada"

La libertad no es gratis. Es hora de pagar la cuenta.


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