La formula "camporista" de poner un testaferro en el "gobierno" para recuperar el poder -y la inmunidad/impunidad- ha sido ya copiada por el ex presidente Correa en Ecuador, presentando una formula similar (con un ex ministro de presidente) a la de Fernandez-Fernandez en Argentina.
Sea que tenga exito o no -aun tiene los desafios de estar prófugo de causas por corrupcion y la memoria popular de su gestion- esta maniobra representa un manotazo agonico del populismo latinoamericano en su etapa final de degradación -corrupción masiva-.
Tomar el "poder" en las condiciones de devastación económica que dejara la pandemia parece suicida, pero los bolivarianos tienen unas metas mas inmediatas y muy claras:
- Eludir la carcel
- Proteger sus patrimonios en el exterior de causas internacionales
- Captar nuevos fondos internacionales de los prestamos para la pandemia por via del desvío de fondos gubernamentales o de las concesiones a amigos-socios en la industria farmacéutica como el empresario kirchnerista Hugo Sigman que comercializara y distribuirá las vacunas
Sigman también comercializara la vacuna en Ecuador, un negocio de cientos de millones de dolares por pais que captara fondos publicos por la vacuna "gratuita" financiados con prestamos de la OMS y de organismos internacionales que ya anticipan al menos un 10% de desvío de los mismos por corrupción.
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