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Monday, October 14, 2019

Ecuador: Lenin atrapado en la trampa populista


En un anticipo de lo que le espera a Argentina y otros países atrapados en insostenibles trampas populistas, Lenin Moreno ha descubierto los menguantes límites de poder que dejan a los gobiernos que quieren cambiarlas.

Cuando la bonanza de las commodities termino en la crisis del 2008-2009, el "viento de cola" se extinguió para los minerales, petróleo y soja de los que vivían los "milagros" del populismo bolivariano propuesto por Chávez, Kirchner, Ortega y Correa.

Con la excepción (por ahora) de Venezuela, los países que habían formado el "arco bolivariano" de gobiernos populistas comenzaron a caer del mismo modo en que habian subido al poder. Sin caja que usar para sostener los precios subsidiados, los "días felices" se transformaron en tormentas sociales que derribaron a Correa, Kirchner, Lula (y su sucesora Dilma), Zelaya en Honduras.

Algunos gobiernos más previsores y flexibles, como el de Ollanta Humala en Perú, y el mismísimo Evo Morales -que siempre fue mas respetuoso con el oficialmente repudiado capitalismo- se volcaron hacia aperturas al mercado, atracción de inversiones extranjeras y liberalizacion politica que trajeron consecuentemente una notable mejora de sus economías.

Moreno en Ecuador y Macri en Argentina optaron por reformas "gradualistas" creyendo que era mas viable eliminar subsidios de a poco. Macri opto por un monstruoso endeudamiento -que culmino en un default y derrota electoral- y Moreno por un incremento demorado de combustibles (el llamado "gasolinazo") que genero una caótica protesta social y un cambio de rumbo.




Pero Moreno y el sucesor de Macri en Argentina se enfrentan con un callejón sin salida: no tienen recursos económicos para sostener los subsidios económicos y sociales ni tampoco apoyo social para dejarlos.

El sistema populista genera una trampa fatal, pues crea una espiral descendente al subsidiar el consumo penalizando la producción y el trabajo productivo. El empleo real se reemplaza por empleo artificial subsidiado y este último incrementa un consumo artificial que termina en hiperinflación como en el caso de Venezuela y Argentina.

La trampa populista se cierra y el sistema entra en una entropía auto destructiva de la que solo puede sacarlo un shock económico que solo se puede realizar con un gobierno fuerte con capacidad para doblegar la protesta social generando apoyo para la reforma.

Este parece ser el caso de Bolsonaro en Brasil, lo fue con Pinochet y luego los gobiernos civiles de la Convergencia en Chile, con Uribe en Colombia. 

Los moderados con planes graduales, como Moreno y Macri están aprendiendo, enfrentan problemas insolubles.

Sera tal vez mejor dejar las crisis a los populistas para generar salidas más decididas cuando ya no quede ninguna alternativa? 

Para Thatcher, el mejor argumento era "TINA" (There Is No Alternative).

La realidad se impone finalmente, cuando se acaba el dinero ajeno.



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