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Thursday, June 6, 2024

Lecturas Recomendadas 97: "La aristocracia del talento: cómo la meritocracia creó el mundo moderno," de Adrian Wooldridge

 

En la obra "La aristocracia del talento: cómo la meritocracia creó el mundo moderno," Adrian Wooldridge nos presenta una detallada exploración de cómo la meritocracia, basada en el mérito educativo, el conocimiento científico, la racionalidad y la libre discusión de ideas fundamentadas en datos reales, ha configurado nuestra sociedad contemporánea. Sin embargo, este sistema se enfrenta hoy a la amenaza del extremismo populista tanto de izquierda como de derecha, que comparte un rechazo común hacia estos principios meritocráticos.

Michel Foucault, una figura central de la extrema izquierda, critica la meritocracia argumentando que las estructuras de poder están inherentemente vinculadas con la producción de conocimiento. Foucault sostiene que las instituciones educativas y científicas no son meramente neutrales sino que perpetúan desigualdades al validar y reforzar ciertas formas de conocimiento y excluir otras. Este enfoque relativista socava la idea de un conocimiento objetivo y universal, promoviendo en cambio un escepticismo radical hacia cualquier tipo de autoridad intelectual. Para Foucault, las jerarquías meritocráticas no son más que mecanismos de control social disfrazados de justicia y racionalidad.

Por otro lado, Ernesto Laclau, un teórico de la extrema derecha, aborda la meritocracia desde una perspectiva populista. Laclau argumenta que la meritocracia crea una élite desconectada y moralista que desprecia a las masas, fomentando una división entre los "ganadores" meritocráticos y los "perdedores" de la sociedad. Según Laclau, esta élite meritocrática utiliza su posición para imponer una visión tecnocrática y deshumanizada del progreso, ignorando las necesidades y sentimientos de la mayoría. Laclau rechaza la idea de que el conocimiento científico y la racionalidad sean las únicas bases para la toma de decisiones, abogando por un retorno a la política basada en la identificación emocional y la movilización de las pasiones populares.

Ambos extremos, aunque ideológicamente opuestos, convergen en su resistencia a un sistema que valora la capacidad intelectual y el debate informado sobre la adhesión a dogmas ideológicos o emociones polarizantes. Este rechazo pone en peligro los cimientos de una sociedad que busca prosperar a través de la igualdad de oportunidades y el progreso basado en la evidencia. La crítica de Foucault erosiona la confianza en las instituciones que fomentan el conocimiento objetivo, mientras que la de Laclau socava la racionalidad y el mérito como principios rectores de la organización social, promoviendo en su lugar la primacía de las emociones y los intereses grupales.

En "La aristocracia del talento: cómo la meritocracia creó el mundo moderno," Adrian Wooldridge expone cómo la meritocracia ha moldeado la sociedad contemporánea, desde la educación hasta la política y la economía. Aquí, se destacan los conceptos centrales de su obra.

Introducción: La Revolución Meritocrática

La meritocracia, término acuñado por el sociólogo británico Michael Young en 1958, ha emergido como una ideología dominante a nivel global. Se basa en cuatro principios fundamentales:

1.        Ascenso por Talento: La gente puede progresar en la vida gracias a sus talentos naturales.

2.      Igualdad de Oportunidades: Se busca garantizar que todos tengan acceso a la educación.

3.       No Discriminación: Se prohíbe la discriminación por raza, sexo y otras características irrelevantes.

4.      Competencia Abierta: Los empleos se otorgan mediante competencia abierta, evitando el clientelismo y el nepotismo.

Expansión Global de la Meritocracia

La meritocracia no se limita a las democracias liberales occidentales. Países como China y Singapur han adoptado principios meritocráticos en sus sistemas políticos y administrativos. En China, el presidente Xi Jinping ha promovido la selección de funcionarios basada en el mérito, y en Singapur, los altos funcionarios reciben salarios y bonificaciones por desempeño, subrayando su compromiso con la eficiencia y el talento.

Crítica y Defensa de la Meritocracia

A pesar de sus beneficios, la meritocracia enfrenta críticas significativas. Movimientos como Black Lives Matter y teóricos de la crítica racial argumentan que la meritocracia perpetúa desigualdades estructurales y raciales. Según estos críticos, las pruebas estandarizadas y otros métodos de evaluación están sesgados cultural y racialmente, lo que excluye a las minorías de las oportunidades reales.

Por otro lado, los defensores de la meritocracia argumentan que, aunque imperfecta, ofrece un sistema más justo y eficiente que las alternativas. La clave está en mejorar la implementación de los principios meritocráticos para abordar sus fallas, en lugar de descartarlos por completo.

La Evolución Histórica de la Meritocracia

Wooldridge destaca tres aspectos esenciales de la historia de la meritocracia:

1.        Revolucionaria: La meritocracia ha desafiado y reemplazado sistemas basados en el nepotismo y la herencia, promoviendo la movilidad social.

2.      Proteica: La definición de "talento" ha evolucionado con el tiempo, reflejando cambios en valores y necesidades sociales.

3.       Capacidad de Autocorrección: La meritocracia puede adaptarse y reformarse para abordar sus propias deficiencias, asegurando su relevancia continua.

Conclusión: El Futuro de la Meritocracia

El libro concluye con un análisis de los desafíos actuales y futuros para la meritocracia. Wooldridge argumenta que, para revitalizar la meritocracia y evitar su degeneración en plutocracia, es crucial encontrar un equilibrio entre igualdad de oportunidades y resultados justos. Además, advierte sobre el peligro de abandonar la meritocracia en favor de sistemas que pueden reforzar divisiones sociales y políticas. 

En este debate en Oxford Union, Daniel Markovitz analiza el riesgo de que la meritocracia se debilite a si misma si no se expande la inversión en educación a la mayoría de las instituciones educativas. 


Y por ultimo, dejamos el alegato de Bim Afolami, MP (diputado en la Camara de los Comunes) por Crowthorne, Berkshire. hijo de padre nigeriano, que , como bien explica, no hubiese llegado a Oxford si no fuera por la meritocracia.



Referencia

Wooldridge, A. (2021). La aristocracia del talento: cómo la meritocracia hizo el mundo moderno. [Versión Kindle para Android]. Obtenido de Amazon.com.

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