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Friday, September 18, 2009

Cuba en bancarrota: Castro Jr. reduce los subsidios

El socialismo autoritario a la cubana está entrando en la cuesta final de una bancarrota que ya lleva hundidas en la miseria compartida a tres generaciones.

Raúl Castro anuncia que reduce los "subsidios" para subir en cambio los salarios, apartándose del modelo "bolivariano" de "nivelar para abajo" en un esfuerzo tardío por recuperar una economía que se hunde cada vez más en la miseria caribeña.

Los subsidios al consumo, vivienda y transporte han provocado una progresiva y crónica escasez de alimentos, casas y carros-demostrando las leyes de oferta y demanda por vía del absurdo- al eliminar todo incentivo para producirlos. Cuba importa hasta papel higiénico.





Enfundados en sus uniformes de la Sierra Maestra -con los que lucen como octogenarios Boy Scouts de izquierda- los Castro presiden un régimen cristalizado en el ámbar de 1960, en el que la adolescencia culmina en el geriátrico.

Los subsidios, los miles de restricciones a la iniciativa privada, la casi absoluta incomunicación con el mundo exterior y las continuas purgas a las "desviaciones" han establecido un "reino del revés", en el que los resultados del trabajo son siempre los mismos.

Despojados de su control sobre sus propias vidas económicas y personales, los una vez industriosos cubanos han aprendido a vivir cobrando sueldos de miseria calcutense por limpiar inodoros de turistas dolarizados.

El "modelo" castrista -reproducido por Chávez y Kirchner en el continente- es simple: sueldos baratos para subsidiar los ingresos de un Estado que "reparte" migajas como un padre distribuye dinero de bolsillo a sus hijos adolescentes.

Garantizada una igualitaria miseria cotidiana por un estado corrupto e incompetente, los cubanos no tienen incentivos para producir ni papel higiénico.

Los 2 millones de "gusanos" que emigraron al capitalismo de Miami envían a sus parientes atrapados en la isla remesas que les permiten vivir 5 o 6 veces mejor que los que sólo tienen el sistema fidelista.

Ni las poses heroicas del confesamente incompetente "Che" (que huyó de sus experimentos como Ministro de Industria tras provocar un par de hambrunas para "propagar la revolución" en Angola y Bolivia) , ni los discursos de 6 horas de Fidel, ni 50 años de propaganda stalinista han podido doblegar la realidad que condena a Cuba -uno de los países más prósperos y educados de América Latina hasta 1950- a vivir en la misma miseria de sus analfabetos vecinos dominicanos.


El populismo autoritario de los Castro ha fracasado a pesar de 50 años de subsidios soviéticos y venezolanos, de ocultamiento propagandístico de la miseria y de venta de camisetas del Che a los bien alimentados adolescentes del capitalismo.
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Los cubanos -que vivían en el casino de Batista en 1959- viven en el hotel-casino de la familia Castro 50 años más tarde.
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pruebas a la vista de los ojos mentirosos de los cubanos que abren sus ventanas a la realidad de una Habana llena de mugre y patrullada por putas y putos "revolucionarios" atendiendo a clientes metrosexuales y "progresistas" en busca de "turismo sexual" barato:

Con miseria distribuída para la inmensa mayoría por la privilegiada nomenklatura castrista que disfruta de estándares de clase media (auto, casa nueva, comida, viajes) tras las bambalinas del mito revolucionario tendidas solícitamente por la "intelectualidad" prostituida de los Solanas que venden una realidad inventada en los festivales internacionales.
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La excusa del miópico bloqueo americano no alcanza para explicar la prohibición de abandonar la isla o comunicarse libremente con quienes viven fuera de ella, que convierte a la sociedad cubana en un inmenso San Quintín, y a las fortalezas del Malecón en torres de presidio para los locales.
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Por mucho menos que lo que los cubanos sufren diariamente, los gallegos, italianos, árabes, judíos y polacos abandonaron sus miserias europeas en masa para poblar América durante las posguerras. Pero entre esas miserias no estaba, claro, la dictadura del proletariado.

Los subsidios no sólo desalientan lo que subsidian: también crean un círculo vicioso de la pobreza en el que "ellos hacen que nos pagan y nosotros que trabajamos" (dicho soviético) que hace que cada vez haya menos ingresos en moneda fuerte para pagarlos y -consecuentemente- el fondo del barril de la pobreza -hambrunas, caos- se acerque peligrosamente.

La abolición de la pobreza -al menos la material- por esta vía se reduce inevitablemente a mantener un fraude estadístico: definir "pobreza" en base a una "canasta" subsidiada permite "mostrar" a una mayoría que vive "por encima" de ella, aunque en los hechos esté subalimentada, subvestida y viva en tugurios de "renta cero" para entregar sus magros ingresos en dólares turísticos o exportables al gobierno-estado para que "reparta" los subsidios.
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En qué se diferencia el sistema de subsidios "progresista" de los "vales" de las haciendas o estancias feudales del siglo 19? En qué se diferencia la vida del "hombre nuevo" socialista de la de su antecesor, el peón o jornalero cautivo del latifundio?
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La alternativa -ya probada por los Castro tras la caída de sus padrinos soviéticos en los noventa- es liberar segmentos -como los prósperos hoteles de turismo- o "aumentar" los sueldos (es decir, reducir la parte que se lleva el gobierno) para estimular el consumo interno y -sobre todo- orientarlo más eficazmente que el Ministerio de Planificación para que -al menos- no falte papel higiénico.

El detonante de esta crisis es precisamente el levantamiento del embargo a las remesas por parte de la administración Obama, que expone descarnadamente las diferencias entre quienes reciben ingresos directos del mundo exterior y quienes sólo tienen subsidios extraídos de su propio trabajo por el "estado revolucionario".

El riesgo mayor es que el flujo de remesas muestra que la "crisis global" no es tal y que el bloqueo no lo imponen los imperialistas yanquis sino el propio régimen castrista.

La realidad se impone aquí tambíén. El marxismo es un fraude. El socialismo cubano no funciona.
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El socialismo bolivariano tampoco.
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Si los cubanos pudiesen elegir -como eligieron los alemanes del Este- estarían todos viviendo en Miami con sus parientes.
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Cuba se sale de los subsidios hacia los sueldos decentes. Es hora de que el eje bolivariano que los practica tome nota.
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Referencias
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1 comment:

Discepolin said...

Brillante y justo, Arón: la ausencia de comentarios es "relevo de pruebas": todavía hay muy pocos en América Latina con los cojones para decirle a los hermanitos Castro que es hora de ahuecar el ala.