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Saturday, February 16, 2019

Argentina 2019: entre el ajuste y el suicidio


                   "Encontramos el pais al borde del abismo, y dimos un paso adelante"  Dan Quayle, Vice presidente de EEUU, 1991
En un continente que esta girando hacia la "derecha", Argentina, uno de los primeros paises del "eje bolivariano" en votar por salir del populismo de "izquierda" oscila al borde del abismo frente a las elecciones de 2019.

El gobierno de Mauricio Macri subestimo la gravedad de la situacion economica en 2016 y en lugar de hacer un cambio de rumbo drastico que creara confianza en los mercados e inversores opto por mantener un statu quo "gradualista" que le permitiera ganar una mayoria legislativa.

El camino "gradualista" genero una crisis de confianza mayuscula entre los propios argentinos, que son los primeros en no creer en su moneda.



Macri quedo forzado a pedir un rescate al FMI y a implementar un plan de ajuste de cuentas publicas mas severo que el que pudo haber lanzado en 2016, cuando contaba con una expectativa mas positiva por su gestion anterior en la ciudad de Buenos Aires y el consenso existente sobre la necesidad de abandonar el modelo populista implantado por los Kirchner.

El problema -como lo indicaban economistas ortodoxos como Espert, que proponen soluciones tan logicas como politicamente inviables- es sistemico, 



y por lo tanto, no puede resolverse sin una transicion rapida de un esquema donde 11 millones viven del Estado y 9 producen en pesos pero consumen en dolares a uno en el que se opere al reves, dando garantias a inversores locales y extranjeros para que en lugar de sacar capitales del pais cambiando pesos por dolares, los traigan haciendo lo contrario.




Las elecciones presidenciales de 2019 presentan una disyuntiva critica para los argentinos: por una parte, la mayoria no quiere volver al modelo kirchnerista, cuya reimplantacion generaria un casi seguro default y un colapso como el de Venezuela pero sin los recursos petroleros. Por otra, tras la descomunal corrida cambiaria de 2018 -que provoco una devaluacion que llevo la paridad de 15 a 40 pesos por dolar, sincerando la economia de un modo brutal- ha derrumbado el consumo interno sin dar garantias creibles para la inversion. El gobierno y el pais han quedado "golgados del pincel" -el prestamo del FMI- dependiendo de 50,000 millones de dolares prestados para pagar gastos corrientes de un pais que gasta mas de un 50 % de lo que produce. O dicho aun mas crudamente: un pais donde solo hay ingresos genuinos (ingresos en dolares por exportaciones) para sostener el 50 % de la poblacion (1 de cada 2 habitantes). Es decir, un pais en el que el 50 % de la poblacion deberia vivir en la pobreza con los ingresos actuales, y donde el 20 % que aun no lo hace (hay 30 % estructural de pobres con dos decadas de consolidacion) esta viviendo de "prestado" -deuda o pesos emitidos sin respaldo-.

Las encuestas a la fecha de este articulo (febrero 2019)  muestran que un 30 % menguante de la poblacion votara por Macri y otro 30 % creciente lo haria por volver a Cristina Kirchner, con un 40 % dividido entre mas de una decena de candidatos que restan a uno o a otro. De ir a un ballotage, ambas opciones estan en un empate tecnico con un creciente favoritismo por Cristina Kichner que revela mas la ansiedad por la inevitable caida de ingresos y suba de precios de servicios publicos que optimismo por la alternativa. Mas que el "huir hacia adelante" de Mussolini la reaccion de los votantes argentinos suele ser "huir hacia atras" -hacia un magico pasado inexistente creado por los publicistas del "relato" politico -desde los "revisionistas" hasta los discipulos de Apold-.



En 2001 Argentina enfrento una disyuntiva similar entre un ajuste brutal y el suicidio del default y eligio el segundo, convirtiendo la pobreza de la crisis en pobreza sistemica, en la que han vivido un 30 a 35 % de los argentinos desde ese entonces.


Si algo indica la historia de las crisis argentinas es que los argentinos prefieren diferir el ajuste a cualquier precio. Especialmente si se posterga el pago. 

Los plazos se han acortado, y ahora ya no es posible postergar el ajuste mas que entre 6 y 18 meses. Si los argentinos optan por hacerlo reeligiendo a Cristina Kirchner o -peor aun- un candidato populista debil (como los 5 presidentes peronistas que sucedieron a De la Rua), un derrumbe como el de Venezuela parece inevitable.

Paradojalmente, esta certeza es la mayor carta de triunfo con la que cuenta el debil gobierno de Mauricio Macri.

La suerte judicial de Cristina Kirchner se convierte en un factor decisivo. Paradojalmente, muchos peronistas respirarian aliviados si fuese desaforada y presa, como sus antiguos aliados Dilma y Lula, porque la sola seguridad de su candidatura desataria otra crisis cambiaria de la que no podrian salir.

La disyuntiva es entre el ajuste y el suicidio.

No habra que esperar a la eleccion para saber el resultado. Bastara con la postulacion de candidatos.







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