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Saturday, January 22, 2011

Lecciones de Brasil IV: 70 % de los habitantes de las favelas apoya la entrada de las fuerzas de seguridad

A tres meses del lanzamiento del operativo de seguridad en las principales favelas de Rio de Janeiro, el 70 % de los habitantes de las mismas -y un porcentaje casi igual de la opinión pública general- apoya su presencia permanente.

El operativo -que comenzó con tanques y tropas militares entrando a las favelas y deteniendo a más de 400 miembros de pandillas de narcos- continuó con el establecimiento permanente de policía pacificadora entrenada para prevenir y custodiar la seguridad por medios no militares.

Este éxito temprano muestra un claro contraste con la caótica situación que en los mismos días vivió Buenos Aires y la mayor parte de Argentina, donde el gobierno sigue sin asegurar a los habitantes de los distritos opositores amparándose en doctrinas supuestamente "progresistas" de "no reprimir" (eufemismo por no hacer cumplir la ley) que -como otros artículos en este Blog han ilustrado- ha fracasado con anterioridad desde la Nueva York anterior a Giuliani a la Bogotá anterior a Antanas Mokus.

Siguiendo el mismo criterio, Caracas ha llegado a tener una tasa de homicidios superior a Baghdad -con 16,000 homicidios en 2010 (más que México)

y Nicaragua y Argentina siguen empinándose en la escala de los países con mayor crecimiento del nivel de crimen.

La seguridad y el cumplimiento de la ley no sólo son necesarias, sino sumamente populares entre los sectores más afectados por el crimen: los más humildes y -para usar un término pervertido por el "progresismo"- vulnerables.

Cabe preguntarse porqué los gobiernos bolivarianos -usualmente más preocupados por la popularidad que por los resultados tangibles- no actúan como el de Brasil o Colombia para detener la violencia que afecta a sus electores naturales.

La respuesta a esa pregunta debe buscarse en dos frentes: (a) la ideología que se usó para justificar la toma de poder tras los disturbios del default del 2000-2002 en Venezuela y Argentina y (b) la estrecha relación entre narco tráfico y tráfico de votos, en la que los punteros políticos son a la vez "barrabravas" y traficantes.

De allí los datos alarmantes de correlación entre corrupción e inseguridad en los países que aplican la doctrina de "no reprimir" el crimen-

El nivel de distorsión de la realidad en el que se manejan los argumentos pseudoprogresistas alcanza su clímax en México, donde acusan al gobierno por los 18,000 muertos generados por las guerras entre bandas de narcotraficantes que dejaron crecer durante los 20 años anteriores aplicando las mismas doctrinas que fracasaron en la Colombia anterior a Uribe.

Los resultados de las encuestas recientes muuestran que el apoyo a la acción policial y militar contra el narcotrafico y su violencia es aún más popular en México (89 %) que en Brasil.

Fuente: Encuesta Milenio


El éxito de Brasil es otra lección cautelar sobre la necesidad y popularidad de garantizar a todos los habitantes -especialmente los más pobres e indefensos- seguridad para sus vidas y sus propiedades como la que gozan quienes -como los políticos progresistas y sus empresarios amigos- disponen de guardias de seguridad y se alojan en amurallados barrios privados.

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Referencias

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1 comment:

Alfonso Reyes said...

Muy elocuentes los datos para nuestros "ojos mentirosos" que no creen las sinceras palabras de nuestros gobernantes.
México, Venezuela y Argentina tienen en común una historia de negar y echar hacia fuera la responsabilidad por su propia decadencia y los problemas que han dejado crecer hasta que no pueden ya controlarlos.
Entonces, en vez de enfrentar a los criminales, los protegen y secundan.