"Más que me conozcan, prefiero que me reconozcan"
Sergio Martínez, argentino exilado en España,
Campeón Mundial Mediano
El comportamiento es una función del contexto.
Los argentinos -que conducen en Argentina como si fuera el Líbano, considerando los peatones como trofeos de caza y los signos de "PARE" y luces rojas como decoración navideña a pesar de millones de pesos invertidos en educación vial a lo largo de décadas- se transforman en conductores impecables y respetuosos en 5 minutos tras abordar su auto de alquiler en Miami -donde la ley se aplica en forma inmediata e implacable-
Sergio "Maravilla" Martínez se tuvo que ir a vivir a España y a entrenar a Los Ángeles porque en la Argentina no le daban peleas...y una vez afuera del sistema, evolucionó sin echarle la culpa a los demás -ni siquiera a los que lo habían forzado a exilarse-
Asilado en un mundo que comparte y premia su autoexigencia y esfuerzo -características de la Argentina de Sarmiento a Gardel- , Martínez transformó su derrota perdiendo la corona en esto:
Prueba final al canto de la pelota (el símbolo máximo de la argentinidad): el Maradona endiosado por el sistema en Argentina
comparado con el Messi adoptado y desarrollado en las canchas catalanas.
Bajo la dirección del Maradona designado DT del seleccionado por "acomodo" -esa práctica de selección del peor que forma parte del "ser nacional" de Argentina- con el régimen kirchnerista , Messi fue una pulga atormentada y solitaria, mirando desde la cancha el show del entrenador como los demás jugadores y dejando la pelota al adversario.
Lejos de la Argentina maradoniana y kirchnerista -donde le disparan con 9 mm a la casa de su hermano- Messi libera su talento argentino con dos goles en una sola patada a una sola pelota.
Si sólo se pudiese trasladar la Argentina a Cataluña -o al menos poner a Pep Guardiola en la Rosada- otro gallo cantaría.
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Referencias
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