Freud experimentó la droga personalmente para aplicarla en el tratamiento de un amigo adicto a la morfina después de una amputación que le dejara dolores permanentes. Freud logró salir de su adicción por hechos accidentales, como la conmoción por la muerte de su padre y su feroz y obsesiva dedicación a su actividad intelectual.
Freud resumió sin saberlo lo que le salvó de la adicción cuando le preguntaron por una fórmula corta para conservar la salud mental. Su respuesta fue aún más breve:
"amar y trabajar". Dos de las cosas que suelen también -en el fracaso- conducir a la salida adictiva.
Halstedt, uno de los más brillantes cirujanos de su época, no logró dejarla, pero mantuvo su adicción en secreto hasta su muerte en 1922, tras una extensa y brillante carrera de día como cirujano y de noche como adicto.
El libro de Howard Markel es una desgarradora y lúcida exploración de los autoengaños fatales que caracterizan las adicciones, y de los terribles precios que pagan los más talentosos por entregarse a ellos.
En la euforia cocaínica -que Freud y Halstedt describen en notas personales en el libro de Markel- la sensación de alivio e invulnerabilidad hace casi imposible vencer el canto de las sirenas y evitar las rocas.
Tras la euforia llega la depresión -cada vez más profunda y psicotizante- y los intentos de suicidio y autodestrucción
Como los que destruyeron a Jimmy Hendrix
Janis Joplin
Amenazan a Maradona
Y a Charly Garcia -aqui en pleno salto-
Kurt Cobain dejo escrita su depresión inducida en su nota suicida
Es hora de pensar, y si este es el caso, acudir a los servicios de rehabilitación
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Referencias
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